(ZENIT – 17 sept. 2019).- «¡No nos escondamos detrás de un muro de indiferencia! Dios no quiere la separación entre hermanos. Dios no quiere las guerras», son algunas de las palabras recogidas en el llamamiento de paz firmado por los líderes religiosos de las principales religiones del mundo en la clausura del Encuentro Paz sin fronteras, celebrado en Madrid del 15 al 17 de septiembre.
Más de 300 líderes de religiones mundiales se han manifestado en la capital de España a favor de la paz en el mundo, y han trabajado para dar respuestas concretas a la paz y al diálogo, en el 30 aniversario de la caída del muro de Berlín.
Continuando con el Espíritu de Asís, que marcó el encuentro del papa polaco Juan Pablo II en Asís con varios líderes religiosos, la Comunidad de San Egidio, celebra cada año este encuentro internacional con el objetivo de “extender la red de diálogo en los rincones del mundo”.
Este año, Madrid ha acogido mesas de debate y encuentros de diálogo en torno al tema «Paz sin fronteras», congregando a personalidades civiles y religiosas como el presidente del Comité Económico y Social Europeo, Luca Jahier; los ministros Josep Borrell y Teresa Ribera; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; el patriarca de Babilonia de los Caldeos, cardenal Louis Raphaël Sako; el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, cardenal electo Miguel Ángel Ayuso; el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry, o el arzobispo de Bolonia, cardenal electo Matteo María Zuppi.
Roma 2020
Ya hay fecha para el próximo encuentro internacional en el espíritu de Asís que organiza cada año la Comunidad de San Egidio en diferentes ciudades del mundo: el 34º encuentro interreligioso por la paz tendrá lugar en octubre de 2020 en Roma, como ya se hizo en el año 2013.
Fue Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de San Egidio, quien lo anunció en la plaza de la Almudena, ante los participantes de este encuentro celebrado en Madrid, al finalizar la oración de la paz y la lectura del llamamiento de paz, firmado por todos los representantes.
Oración por la paz
De manera simultánea, en la tarde del martes 17, los cinco grandes grupos religiosos se reunieron para orar por la paz, cada uno en un lugar diferentes, según su tradición, para unirse finalmente todos juntos en la plaza de la Almudena, llegando en procesión, agarrados de la mano, formando un solo cuerpo en representación de la «Paz sin fronteras».
A su llegada a la plaza, dio inicio la ceremonia final, en la que el cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, y Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de San Egidio, pronunciaron unas palabras para clausurar el evento internacional.
El cardenal Osoro, en su discurso, agradeció la oportunidad vivida estos días, el «regalo» de haber podido «ser protagonistas de una lucha activa desde el diálogo y el encuentro, evitando y luchando contra la división».
Así, el arzobispo de Madrid, anfitrión del encuentro internacional, afirmó que la humanidad «lleva inscrita la vocación a la fraternidad», e hizo el llamamiento a ser «sembradores de paz» allá donde estemos, en las tareas y responsabilidades que tengamos, asegurando que «Todos nosotros, deseamos comprometernos y buscar por todos los medios, hacer comprender que la fraternidad es el fundamento y el camino para la paz».
«Dios nunca nos divide, sino que nos une»
Por su parte, Marco Impagliazzo, pidió «que los hombres y las mujeres de religión asuman la tarea histórica y profética de romper las barreras y unir el mundo» valiéndose de «la fuerza débil de la oración, del diálogo y del encuentro».
«Dios nunca nos divide, sino que nos une», indicó el presidente de la Comunidad de San Egidio, antes de anunciar que la próxima edición del Encuentro de Oración por la Paz en el Espíritu de Asís se celebrará en Roma.
Minuto de silencio
Durante la ceremonia, los obispos, pastores, rabinos, imanes, y demás personalidades religiosas intercambiaron un gesto de paz y fraternidad, como símbolo de unidad y respeto.
Asimismo, se dedicó un minuto de silencio por todas las personas que sufren las guerras, la violencia y el terrorismo, y para ponerles rostro, el padre Alejandro Solalinde ofreció su testimonio de trabajo con los migrantes en la frontera de México: «Nos avisan que algo del mundo ya se destruyó en los lugares de origen y que hay que buscar condiciones de vida integral, igualitaria e incluyente».
También en la oración de los cristianos, celebrada en el interior de la Catedral, se rezó por las víctimas de la violencia, especialmente de países como Siria, Venezuela, Ucrania, Estados Unidos, Argelia, y otros lugares donde hay sufrimiento o guerra.
Llamamiento por la paz
Los líderes y representantes religiosos, entre ellos los cristianos, hebreos, musulmanes, budistas, y religiones indias y Tenrikyo, firmaron un llamamiento por la paz, en el que se comprometen a «trabajar para la unificación espiritual que le ha faltado a la globalización únicamente económica», sin dejarse «utilizar por quienes sacralizan las fronteras y los conflictos», y ante todo, según han adelantado, seguirán rezando.
Una de las medidas concretas que proponer a todos, especialmente a los responsables políticos y a los más ricos del mundo es proporcionar «los recursos necesarios para evitar que millones de niños mueran cada año por falta de atención médica y para poder mandar a la escuela a millones de niños que hoy no pueden ir».
«Le pedimos a Dios la fuerza paciente del diálogo, la capacidad de un lenguaje sabio y humilde que habla a los corazones y disuelve separaciones, concluye el texto firmado por los líderes a la vez que encendían velas de la paz», concluyeron los líderes religiosos.
* Fotografías: Archimadrid / José Luis Bonaño / Comunidad de San Egidio