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Píldoras de esperanza (25): “El que cree, tiene Vida eterna”

Jueves de la III Semana de Pascua

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Reflexión sobre los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Hoy Espíritu Santo quiero pedirte que llenes de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén.

Evangelio según San Juan 6, 44-51.

Jesús dijo a la gente: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.

Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida.

Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.

Palabra del Señor.

¿Qué dice el texto?

Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.

¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios en el texto?

Sí Señor, estamos muy contentos de creer en Ti y creyendo tendremos la Vida Eterna. Sobre este tema estamos claros. ¿Pero y en esta vida? ¿Qué nos ofreces?

¡Esa es la pregunta que muchos hoy se hacen! Qué pasa con esta vida, la que hoy vivimos. La que decimos que hemos gastado casi dos meses en nuestras casas y hemos pasado por muchas etapas. Seguridad, Confianza, Miedo, conocer de memoria las películas que quería ver, ya estoy perdiendo la esperanza, ya no voy a recuperar ese tiempo, Lamento lo que quería hacer fuera y no hice, y así seguimos la lista interminable.

Y como si esto que nos pasa fuera poco, hoy muchos quisieran ir al templo parroquial los domingos porque nos ha regresado la efusión por lo religioso, pero no podemos, pues la distancia social nos lo impide. ¡Qué frustración en la que vive mucha gente! Pero, ¿no habrá algo bueno en todo este tiempo?

La fe ha comenzado a crecer de una manera nueva, nuestra distancia social se vuelve una oportunidad para en el encuentro con nosotros mismos. Cuántas virtudes escondidas en mi vida no empecé a desarrollar. Tal vez no nos creíamos hábiles para muchas actividades personales, y ahora hemos podido alcanzar. Hemos visto coros a través del internet donde cada cantante desde muchos lugares diferentes aporta algo nuevo y suma a un coro virtual que podemos escuchar. Esto y muchas cosas más en un tiempo atrás no lo hubiéramos podido apreciar tan bien.

En ese encuentro contigo mismo y con el desarrollo de tus virtudes pregúntate: ¿Cómo está mi fe? ¿Qué tanto he desarrollado un encuentro con nuestro Señor Jesús? ¿Cómo es mi seguridad en el Señor, a pesar de la adversidad que vivimos? En este tiempo de estar en casa, ¿he aprendido a alimentarme del Pan de la Palabra de Dios? Es hora de dar la importancia necesaria a un diálogo profundo con el Señor de la Palabra.

Este día, tan importante para mí, en medio de las situaciones que no niego, pero asumo con fe y esperanza, voy a repetir varias veces la frase que Samuel, después de que el Señor lo llamaba, pudo reconocer su voz. Seguro nos pasa, que al igual que Samuel, el Señor habla y nosotros estamos confundidos y aturdidos. Ahora con mayor claridad le decimos:

“Habla Señor, que tu Siervo te escucha”  (1 sam 3,9).

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia.

www.fundacionpane.com – www.cristonautas.com – Facebook: Fundación Ramón Pané – Youtube: Fundación Ramón Pané

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Ricardo Grzona

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