Reflexión de los Evangelios diarios
Invocamos al Espíritu Santo
“Ven Espíritu Santo y llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén”.
Evangelio según San Marcos 12, 1-12
Jesús comenzó a hablarles en parábolas: “Un hombre plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar para pisar la uva y construyó una torre, lo alquiló a unos labradores y se fue de su propiedad. Cuando llegó el momento, envió un siervo a los labradores para recibir de ellos el fruto del viñedo. Pero lo agarraron, lo golpearon y lo enviaron de regreso sin nada.
De nuevo les envió otro siervo, lo golpearon en la cabeza y lo trataron vergonzosamente. Y volvió a enviarles otro, y a éste lo mataron, y así con muchos otros, algunos de los cuales hirieron y otros mataron.
Todavía le quedaba uno, su amado hijo, lo envió también a ellos por última vez, diciendo: Al menos tendrán respeto a mi hijo. Pero aquellos labradores se dijeron entre sí: Este es el heredero; vamos, matémoslo, y la herencia será nuestra. Lo agarraron, lo mataron y lo echaron fuera del viñedo.
Entonces, ¿qué hará el señor del viñedo? Él vendrá y destruirá a los labradores, y dará el viñedo a otros. ¿Todavía no han leído esta Escritura: la piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en piedra de la esquina; el Señor hizo esto y es algo maravilloso a nuestros ojos?”.
Entonces, trataron de arrestarlo, pero temieron a la multitud, porque entendieron que esta parábola era contra ellos; y dejándolo se fueron de allí.
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
Entonces, “¿qué hará el señor del viñedo?”
“La piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en piedra de la esquina”.
¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios a través del texto?
Terminado el tiempo pascual con la fiesta de ayer de Pentecostés, retomamos el tiempo común u ordinario de la Liturgia. Hoy con el texto de san Marcos nos encontramos con una parábola muy interesante. Jesús está hablando frente a personas que no estaban de acuerdo con Él. Y la parábola que dice Jesús puede estar inspirado en hechos que normalmente ocurrían en Israel. Un dueño del viñedo, que lo da a trabajar y luego los trabajadores quieren apropiarse… cosas que seguramente sucedían. El hecho es que ellos se dieron cuenta que Jesús está hablando de Él mismo, incluso es un anticipo de los que los jefes del pueblo hicieron con Él mandándolo a morir fuera de la ciudad. Y la pregunta que Jesús hace es: “¿Qué hará el dueño del viñedo?”.
Hoy también nosotros debemos preguntarnos si con nuestras actitudes acaso nos parecemos a estos “contratistas”. Seguramente algo de eso puede ser, pero lo más importante, es que aún cuando a Jesús lo rechazaron, se cumplió la Escritura y como dice más adelante citando al Antiguo Testamento, “la piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en piedra de la esquina”. Jesús no muestra a un Dios vengativo. Lo importante de todo es que una vez resucitado, el Señor perdona, e invita a todos al perdón. Esta historia debemos leerla en el contexto de todo el Evangelio y nunca sacar de lugar alguna frase.
¿Te has planteado cómo nos dejamos amar por el Señor aún cuando nos comportamos lejos de sus mandamientos, de lo que Él desea para que vivamos a plenitud y con felicidad? Que estos días vayamos acercándonos al Señor, abriéndonos a la esperanza de su amor y su perdón. Él es el amigo que nunca falla. Él es el Señor.
Recordando que Él es nuestro dueño y nosotros los enviados a su viña, te invito a repetir este día varias veces esta frase del Salmo:
“Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra” (Salmo 8)
Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia
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