Reflexión sobre los Evangelios diarios
Invocamos al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo y llena de alegría y paz mi corazón, sólo Tú puedes ayudarme a poder entender la Palabra de Dios. Amén.
Evangelio según San Juan 14, 27-31a
Jesús dijo a sus discípulos: “Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!
Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes de que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: Él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como Él me ha ordenado”.
Palabra del Señor
Lectura, ¿Qué dice el texto?
“¡No se inquieten ni teman!”.
“Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean”.
¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios a través de este texto?
La humanidad, según los psicólogos y los sociólogos, se ha movido por el temor al castigo o por la alegría del premio. El tener miedo es darle oportunidades a quien lo genera, para tener control sobre nuestra vida. Así como nos agrada quien ofrece cosas buenas que nos ayudan a vivir mejor.
Jesús nos ofrece el don más grande, nos dice claramente que nos deja la Paz y luego afirma categóricamente que no debemos inquietarnos ni temer. Esto nos lleva a preguntarnos seriamente sobre nuestra relación con el Señor y con nosotros mismos.
Aunque ya nos hemos hecho la pregunta, volvemos a realizarla: “¿Cuáles son las cosas que nos inquietan?”. Hoy más que nunca estamos muy atentos a los noticieros, a veces amarillistas, que suelen especular con nuestra inquietud sobre este tema de salud que nos aqueja en estos días. ¿Cuánto influye en mi estabilidad emocional esta situación? Es evidente que debemos ser muy prudentes y tomar todas las precauciones del caso para evitar contagios, pero en mi interior ¿cómo me siento?
Y la pregunta nos la hace el Señor: ¿Estás inquieto? ¿Qué te inquieta? ¿No te basta mi paz? ¿Cuál es tu miedo?.
Entramos aquí en un tema fundamental. Jesús habla del miedo, dice “¡no teman!” el temor proviene de una falta de fe. Él nos lo ha dicho para que creamos. Parece que todos los textos de estos días nos vuelven a cuestionar sobre la fe. Qué bueno que tenemos el tiempo suficiente para dejarnos guiar y reflexionar sobre estos temas.
Te invito a que tomes en serio las propuestas de repetir una frase. Hasta los médicos hoy en día recomiendan la meditación para estar bien de salud. Repetir una idea nos ayuda a llevarla a nuestra vida. Puede ser en forma rítmica con nuestra respiración. Respondámosle al Señor, relee el texto del Evangelio de hoy. Luego repite esta frase del Salmo 23:
“Nada temo Señor, porque tú vas conmigo”
Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia
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