¿Qué hace el Papa durante sus ejercicios espirituales?

En la primera meditación, escuchan el ejemplo de Elí­as en las las periferias y las fronteras geográficas y existenciales

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Escuchar y rezar. Estas serán las dos actividades principales que ocuparán la agenda del santo padre Francisco durante esta semana. En los próximos días no habrá discursos del Pontífice, ni catequesis, homilías o videomenajes. No recibirá jefes de Estado, ni fieles y peregrinos venidos a Roma para saludarle. Hasta el próximo viernes el Papa permanecerá en silencio y dedicará su tiempo solo para Dios.

Y es que Francisco y la Curia romana se han alejado del trabajo cotidiano y de las tareas diarias de la Santa Sede para retirarse al inicio de este tiempo de Cuaresma. De este modo, desde el domingo 22 hasta el viernes 27 de febrero residirán en la casa Divin Maestro en la localidad italiana de Ariccia. Como cualquier cristiano, en el silencio propio de unos ejercicios espirituales, dedicarán estos cinco días a la oración y a escuchar las predicaciones correspondientes. En esta ocasión el predicador será el padre Bruno Secondin y el tema “Servidores y profetas del Dios viviente”.

Antes de dejar Roma, en el ángelus del domingo por la mañana el Santo Padre encomendó a María los ejercicios espirituales y pidió oraciones para que “en este desierto, entre comillas, que son los ejercicios, podamos escuchar la voz de Jesús y también corregir tantos defectos que todos nosotros tenemos, y también hacer frente a las tentaciones que cada día nos atacan”.

¿Y cuál será el horario del Santo Padre durante estos días?

El domingo por la tarde iniciaron a las 18.00 con la adoración eucarística y el rezo de las vísperas. A continuación el predicador hizo una introducción al tema que les guiará durante los ejercicios. Esta primera charla fue una invitación a “salir del propio pueblo”.

De lunes a jueves el horario será:

7.30 Laudes
9.30 Meditación
Misa
16.00 Meditación
Adoración Eucarística
Vísperas

El viernes celebrarán la eucaristía a las 7.30 y se concluirá a las 9.30 para regresar al Vaticano.

REFLEXIÓN 1

La recomendación a entrar en la “escuela de la misericordia” como Elías y su ejemplo conduce una “vida de periferia”. Tal y como publica hoy este lunes en Osservatore romano, éste ha sido el centro de la primera meditación de la mañana del lunes 23 sobre el tema: “Vé a Oriente, escóndete: retornar a las raíces”.

El predicador ha propuesto algunas preguntas como examen de conciencia personal. Además ha recomendado “apegarse a la Palabra de Dios” e intentar encontrar esta “gran riqueza” haciéndose discípulos, dejándose plasmar y no distrayéndose. Y de esta forma vivir la experiencia del retiro como “una sinfonía”, una “verdadera y propia inmersión total”, para ser “habitados y absorbidos por esta propuesta”.

Siguiendo en la relectura de Elías, el predicador ha resaltado “la geografía”: él “combate en muchos frentes” y se mueve hacia los centros de poder pero sobre todo hacia las periferias. Por eso, ha explicado el padre Bruno, estamos frente a una “geografía que habla” porque Elías nos lleva a frecuentar “las periferias y las fronteras geográficas y existenciales” poniéndonos también frente a “los problemas más interiores”. Sin olvidar, ha añadido, “la fragilidad y la vulnerabilidad” de Elías.

Pero para comprender por completo la misión del profeta es necesario enmarcarlo en su contexto histórico. De esta forma se debe considerar su ser originario de “una zona periférica, con una religiosidad tradicional y menor bienestar”. Por eso, ha explicado el predicador, su “rabia”, su fuerte reacción, esconden la constatación de la “depravación religiosa y social” creadas por los nuevos escenarios introducidos en Israel en los sistemas de comercio, de defensa militar pero también en el campo de la agricultura. Y esta situación, el Dios viviente termina por ser considerado bueno solo para “pueblos atrasados”. De aquí la dura reacción de Elías. Y Dios hace sentir su voz, ordenando a Elías marcharse. La realidad, ha recordado el padre Secondin, es que “Elías no sustituye a Dios pero debe ser conducido por la palabra” debe “escuchar, obedecer” y “dejar que Dios sea su Dios”.

El objetivo es “hacer del amor de Dios el centro de la propia existencia” sin tratar de hacer “precipitar las cosas” apuntado hacia el resultado inmediato: cuenta sin embargo fiarse de Dios que, por otra parte, ya ha pensado al hombre con afecto. Dios le pide a Elías despojarse del propio proyecto, aprender a obedecer dejando hacer a Él. Y Dios “habla poco y en voz baja”, por eso para escuchar es necesario dejar de lado los chismorreos.

Para concluir la predicación, el padre Bruno ha propuesto algunas preguntas, sugeridas precisamente de la actitud de Elías: ¿he perdido la paciencia en algún momento? ¿He hablado claro o por detrás, murmurando y alimentando los chismorreos? ¿Abrazo una sobriedad sana y serena, hecha de recursos sencillos? ¿O me dejo tentar por el despilfarro en la vida que llevo, en las cosas que me rodean, en la forma de vestir? ¿Conservo la alegría y la frescura del primer amor o se ha desvanecido del todo? ¿Conozco la vida de la periferia o me gusta estar al centro de la atención y honores?  ¿Confío en la providencia o soy fanático de la programación y del resultado? Y por último, entre estas idolatrías, el predicador ha advertido sobre una religiosidad “torpe” y sincretista que pretende juntar todo un poco.

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ZENIT Staff

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