Siria, el 'ministro de Exteriores' del Vaticano puntualiza ante 71 embajadores

Mambertí: Urge hacer cesar la violencia, preservar unidad del país, incentivar el diálogo, respetar el derecho humanitario y tomar distancia de los extremistas

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Monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados, se ha reunido esta mañana con 71 embajadores del Vaticano. Un encuentro que «demuestra la preocupación del su santidad papa Francisco y de la Santa Sede por la paz en el mundo con una especial atención a Medio Oriente y en particular a Siria».

En su discurso, monseñor Mamberti ha señalado que «en la concreta situación histórica marcada por la violencia y guerras en muchos lugares, la voz del papa se eleva en un momento particularmente grave y delicado del largo conflicto sirio, que ha visto ya demasiado sufrimiento, devastación y dolor, al cual se une tantas víctimas inocentes de los ataques del 21 de agosto pasado, que han suscitado en la opinión pública mundial horror y preocupación por las consecuencias de la posible implicación de armas químicas».

Por ello, explica el ‘ministro de Relaciones Exteriores’ del Vaticano, «delante de hechos similares no es posible callar, por ello la Santa Sede espera que las instituciones competentes sean claras y que los responsables rindan cuentas a la justicia».

Desde el inicio del conflicto, tal y como recuerda monseñor Mamberti, «la Santa Sede ha sido sensible al grito de ayuda que venía del pueblo sirio, en particular de los cristianos, y no ha dejado de manifestar desde el inicio y con claridad su posición» porque toma en consideración «la centralidad de la persona humana, sea cual sea su etnia o religión, y del bien común para toda la sociedad».

A este punto ha recordado los llamamientos de Benedicto XVI en ocasión del mensaje Urbi et orbi y de los discursos al cuerpo diplomático, advirtiendo sobre la necesidad de abrir un ‘diálogo constructivo’ entre las partes y favorecer la ayuda humanitaria a la población. Del mismo modo, desde el inicio de su pontificado también el papa Francisco «ha hecho referencia en más de una ocasión a la situación en Sira, ya a partir de su primer mensaje pascual Urbi et orbi«. Tampoco han faltado las repetidas intervenciones de los Observadores permanentes de la Santa Sede en la Organización de las Naciones Unidas.

También recordó que el nuncio apostólico en Damasco, monseñor Mario Zenari, ha confirmado la posición de la Santa Sede en varias ocasiones y ha manifestado su preocupación y la cercanía del santo padre a la querida población siria. Un conflicto que ha provocado más de 110.000 muertos, innumerables heridos, más de 4 millones de desplazados internos y más de dos millones de refugiados en países vecinos.

De frente a esta trágica situación, ha señalado Mamberti, «es absolutamente prioritario hacer cesar la violencia, que continúa sembrando muerte y destrucción» porque el riesgo es arrastrar a otros países de la región y provocar consecuencias impredecibles en varias partes del mundo.

Mons. Mambertí reiteró que urge respetar el derecho humanitario y dar asistencia humanitaria a gran parte de la población y por ello doy gracias por la generosidad de muchos de vuestro Gobiernos a favor de la población siria que sufre», ha subrayado monseñor Mamberti.

Así mismo ha confirmado el compromiso de la Iglesia católica en primera línea con todos los medios a su disposición en la asistencia humanitaria a la población, cristiana y no cristiana.

Como posibles propuestas para una justa solución al conflicto ha señalado: trabajar para impulsar el diálogo entre las partes y la reconciliación del pueblo sirio; preservar la unidad del país, evitando la creación de diferentes zonas según los distintos componentes de la sociedad; y garantizar junto con la unidad del país también su integridad territorial.

Para finalizar ha señalado que «será importante pedir a todos los grupos – en particular a los que intentan ocupar puestos de responsabilidad en el país – que ofrezcan garantías que en la Siria de mañana haya lugar para todos, también y en particular para las minorías, incluidos los cristianos».

Una exhortación final ha dedicado a la población y también a los grupos de oposición: «Tomar distancia de los extremistas, aislarlos y oponerse abierta y claramente al terrorismo».

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ZENIT Staff

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