obispo Felix Genn Foto: © Guido Kirchner

Diócesis de Münster introduce innovador código disciplinario para el clero

El código disciplinario describe las sanciones por mala conducta del clero, incluidas las transgresiones sexuales, las violaciones de la confidencialidad pastoral y el abuso de poder en las relaciones pastorales. Dependiendo de la gravedad de la violación, las sanciones podrían ir desde advertencias y multas hasta la destitución del cargo

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(ZENIT Noticias / Münster, 16.02.2025).- En un movimiento histórico que podría sentar un precedente para la Iglesia católica mundial, el obispo Felix Genn de Münster ha anunciado la introducción de un código disciplinario formal para el clero, una medida pionera en su tipo destinada a abordar la mala conducta y fortalecer la rendición de cuentas dentro de la diócesis. Las nuevas regulaciones, que entrarán en vigor el 1 de marzo, también incluyen la creación de un consejo de arbitraje para revisar las decisiones administrativas, lo que proporciona un nivel de supervisión sin precedentes en el gobierno de la Iglesia.

La iniciativa sigue a la publicación de un informe de 2022 sobre el abuso sexual clerical en la diócesis, después del cual Genn se comprometió a someterse al juicio de un organismo de supervisión independiente y a renunciar al poder absoluto de toma de decisiones en ciertas áreas. Con casi dos millones de católicos, Münster es la segunda diócesis más grande de Alemania, y su decisión de implementar mecanismos disciplinarios y de arbitraje estructurados podría inspirar reformas similares en otros lugares.

Un nuevo marco para la rendición de cuentas

El código disciplinario describe las sanciones por mala conducta del clero, incluidas las transgresiones sexuales, las violaciones de la confidencialidad pastoral y el abuso de poder en las relaciones pastorales. Dependiendo de la gravedad de la violación, las sanciones podrían ir desde advertencias y multas hasta la destitución del cargo. Hasta ahora, ciertas formas de comportamiento sexual inapropiado por parte del clero, aunque poco éticas, quedaban fuera de los marcos legales seculares y eclesiásticos, lo que los dejaba sin vías claras para el castigo.

El consejo de arbitraje proporcionará al clero y a los laicos un mecanismo para impugnar las decisiones administrativas relacionadas con los nombramientos clericales, la reestructuración de las parroquias y la gestión de las propiedades de la Iglesia. A diferencia de los asuntos doctrinales o las decisiones judiciales, que quedan fuera de su ámbito de aplicación, este consejo servirá como un organismo de mediación voluntaria compuesto por siete miembros, incluidos jueces formados en derecho eclesiástico o civil.

Los expertos en derecho canónico Thomas Schüller y Thomas Neumann, que desempeñaron un papel clave en la redacción de las normas, elogiaron la iniciativa como valiente y esencial. Señalaron que durante décadas, los abogados canónicos e incluso los funcionarios del Vaticano han abogado por procedimientos disciplinarios más claros dentro de las diócesis, pero hasta ahora no se había implementado ningún sistema formal.

¿Un paso hacia una reforma más amplia de la Iglesia?

La medida de Münster puede reavivar las discusiones sobre la gobernanza de la Iglesia más allá de Alemania. La Conferencia Episcopal Alemana ha presionado durante mucho tiempo para el establecimiento de tribunales administrativos eclesiásticos, una propuesta que sigue sin ser aprobada por el Vaticano. En contraste, el consejo de arbitraje de Münster opera de manera voluntaria, ofreciendo un proceso de resolución interno sin requerir la intervención de Roma.

Para muchos católicos, las decisiones administrativas de las autoridades de la Iglesia pueden ser una fuente de frustración, particularmente cuando afectan las estructuras parroquiales o las asignaciones sacerdotales. Al proporcionar un proceso de apelación estructurado, Münster está abordando una brecha de larga data en la administración de la Iglesia, aliviando potencialmente las tensiones y fomentando una mayor transparencia.

La importancia de Münster en la Iglesia alemana se extiende más allá de su tamaño. Con una historia que se remonta a más de 1.200 años, fue fundada como territorio de misión bajo el emperador Carlomagno, quien nombró al misionero frisio Liudger como su primer obispo en 805. Hoy, la diócesis se extiende por una vasta zona que limita con los Países Bajos y llega hasta el Mar del Norte, abarcando tanto Renania del Norte-Westfalia como Baja Sajonia.

El obispo Genn, que ha dirigido la diócesis desde 2009, está posicionando ahora a Münster como líder en la reforma eclesiástica. Si bien queda por ver si otras diócesis seguirán su ejemplo, la introducción de un código disciplinario formal y un consejo de arbitraje representa un paso audaz para garantizar que la Iglesia siga siendo responsable ante sus propios fieles.

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Redacción Zenit

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