SÃO PAOLO, viernes 4 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Las parroquias deben “poner en práctica como pide la Iglesia, una decidida 'conversión pastoral y misionera' de sus fieles, organizaciones y estructuras pastorales”, afirmó el arzobispo de São Paolo (Brasil), el cardenal Odilo Scherer.

La archidiócesis de São Paolo ha difundido en estos días la Carta Pastoral “Parroquia, conviértete en lo que eres”, firmada por monseñor Scherer y consignada al clero el pasado 15 de febrero.

“Queremos indagar como está nuestra parroquia y que se puede hacer para que sea una verdadera comunidad de discípulos misioneros de Jesucristo”, afirmó el purpurado, como cuenta un artículo publicado en la revista archidiocesana O São Paolo.

“La parroquia es en la expresión local y concreta lo que la Iglesia es en su totalidad. En la parroquia la Iglesia manifiesta en modo perceptible su vida y su misión”.

“Es una comunidad organizada de bautizados, de bienes espirituales, simbólicos y materiales, de organizaciones y de iniciativas, que hacen actuar a la Iglesia en un determinado espacio y contexto”, explicó el cardenal.

Si la parroquia va bien, prosiguió “también funciona la Iglesia; si la parroquia va mal, la Iglesia no funciona”.

“Si las parroquias no viviesen bien su identidad y su misión como comunidades vivas y dinámicas, la Iglesia podría reducirse a una serie de estructuras, instituciones y organizaciones, sin llegar a las personas concretas”.

Por esto, monseñor Scherer sostiene que la renovación de la parroquia “es esencial”.

En primer lugar, propone “una profunda toma de conciencia de lo que da sentido a la existencia de la parroquia y de lo que está llamada a ser . Vista con los ojos de la fe eclesial, la parroquia es una realidad bella, bendita y preciosa”.

“Tenemos necesidad de dar algunos pasos para superar la preocupación relativa al mantenimiento de lo que somos y tenemos”.

“Es necesario adoptar una nueva actitud que se traduzca en un claro objetivo misionero”, añadió.

Más que una realidad jurídica y burocrática, la parroquia es el “rostro más visible y concreto del Misterio de la Iglesia, 'sacramento de la salvación' en el mundo; es una comunidad de fieles reunidos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que vive la fe, la esperanza y la caridad”.

“Está unida en torno a Cristo, presente sacramentalmente en la Eucaristía y en los otros sacramentos, en la Palabra de Dios proclamada y acogida con fe, en los pobres, en los enfermos, en los sufrientes y en toda persona servida con amor en nombre de Cristo”.

La asamblea eucarística “es la expresión más visible de la Iglesia, reunida de nuevo hoy en torno a Jesúcristo Salvador, Señor y Pastor de la Iglesia, representado por el ministro ordenado, que está en el centro de la misma y a la cabeza para servirla y conducirla en la caridad”.

En la parroquia, añadió el cardenal, “la Iglesia entera se expresa y cumple la misión recibida de Cristo: anunciar y acoger la Palabra de Dios; testificar la vida nueva recibida en el Bautismo, buscando la santidad; vivir la caridad pastoral, como ejemplo y en el nombre de Jesús, el Buen Pastor.

La parroquia es la comunidad misionera de los discípulos de Cristo en el mundo. Es una comunidad de pequeñas comunidades, familias, personas, grupos, organizaciones e instituciones, que testifican la variedad, la riqueza y la belleza de los dones de Dios y están al servicio de la misión recibida de Cristo”.

La parroquia, concluyó el cardenal Scherer, “es la Iglesia 'en su base' célula viva del Cuerpo de Cristo, en la que la mayoría de los bautizados tiene la posibilidad de tener una experiencia concreta del encuentro con Cristo y de la comunión eclesial”.

Por Alexandre Ribeiro, traducción por Carmen Álvarez