(ZENIT Noticias / Managua, 23.11.2025).- La Arquidiócesis de Managua informó el fallecimiento, el 12 de octubre, del padre Mario de Jesús Guevara Calero, director espiritual del seminario mayor de Nicaragua. Tenía 66 años. La ciudadana rusa Elis Leonidovna Gonn le roció ácido el 5 de diciembre de 2018 cuando el sacerdote escuchaba confesiones en la catedral de Managua.
El sacerdote recibió cirugías y tratamientos durante la curación. Expresó públicamente su perdón a la mujer que le atacó cuando la dictadura intensificó la represión contra la Iglesia Católica.
Elis Leonidovna fue condenada en 2018 pero en agosto de 2019 la dictadura nicaragüense la liberó y expulsó del país. En junio de 2024, Gonn dijo haber estado “enamorada” de Murillo y que, por ese amor no correspondido, intentó dañar la “reputación” al atacar al sacerdote Mario Guevara. La dictadura siempre negó la liberación de Gonn y afirmó que estaba presa en la cárcel de mujeres ‘La Esperanza’.
La mujer reveló el 4 de mayo de 2025 su nueva entrada a Nicaragua en agosto de 2024 de forma ilegal, siendo apresada otra vez, liberada y expulsada del país, y manifestó su arrepentimiento por haber apoyado al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a cuyo servicio habría cometido los hechos.
El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, declaró en X sobre la enfermedad que sufrió el sacerdote y que, en «estos últimos meses, pudo pasar por el Calvario y sus dolencias como una calle de amargura, pero cuando tuve la oportunidad de visitarle en el hospital, y a veces en el seminario al final, estaba sonriendo. Y, sobre todo, me impresionó ver cerca de su cama, su Liturgia de las Horas y el santo rosario en sus manos».
El cardenal subrayó que Guevara «nos predicó no con grandes palabras, sino con su vida, su vida sencilla, pero con tremendo poder. ¿Y qué era ese poder sino la persona del mismo Jesús?».
Elis Gonn fue condenada a 8 años de prisión en Nicaragua por el crimen contra el sacerdote, pero solo estuvo 8 meses detenida. La dictadura la liberó y la envió a Rusia, asegurando que fue “sedada” y en contra de su voluntad.
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