(ZENIT Noticias / Washington, 22.11.2025).- Una creciente incertidumbre está surgiendo en las iglesias estadounidenses. Si bien los debates nacionales sobre género y sexualidad se han intensificado, una nueva encuesta sugiere que muchos feligreses no creen que la Biblia ofrezca una guía moral clara sobre estos temas. Los hallazgos apuntan a una mayor confusión teológica y, quizás, a un momento de ajuste de cuentas para los líderes religiosos.
Según el estudio «Social Issues and Worldview«, publicado conjuntamente por el Consejo de Investigación Familiar (FRC) y el Centro de Investigación Cultural de la Universidad Cristiana de Arizona, menos de la mitad de los feligreses estadounidenses (solo el 47 %) afirma que la Biblia es «clara y decisiva» sobre si la homosexualidad es moralmente aceptable. Hace tan solo un año, esa cifra era del 63 %.
Un número aún menor de encuestados (el 40 %) cree que las Escrituras hablan claramente sobre la identidad transgénero, una disminución notable respecto al 52 % de 2023. El resto está dividido: muchos consideran que las enseñanzas de la Biblia son ambiguas, mientras que otros creen que el tema no se menciona en absoluto.
Para Tony Perkins, presidente del Consejo de Investigación Familiar, estas cifras representan más que una desviación estadística; marcan una crisis de discipulado. «Esto demuestra una gran necesidad de enseñanza bíblica», afirmó, instando a las iglesias a «enseñar, vivir y defender una cosmovisión bíblica».
Investigadores del instituto cultural con sede en Arizona se hicieron eco de esta preocupación y describieron los hallazgos como «pastoralmente alarmantes». Advierten que el declive de la confianza bíblica coincide con una generación moldeada por los medios digitales, la polarización política y una confianza menguante en la autoridad religiosa.
Su informe, sin embargo, transmite una nota de urgencia en lugar de desesperación. «Este es, en esencia, un momento evangélico», escribieron los autores, argumentando que la confusión entre los creyentes podría convertirse en una oportunidad para un renovado compromiso con las Escrituras. «En una cultura sacudida por la tragedia y la incertidumbre, los jóvenes acuden a la iglesia en busca de verdad, estabilidad y esperanza».
La referencia al «asesinato de Charlie Kirk», un suceso reciente que conmocionó a muchas comunidades cristianas conservadoras, sirvió como un llamado a la acción. Para los autores del informe, este subrayó la desorientación moral de los Estados Unidos contemporáneos y la responsabilidad de los pastores de ofrecer algo más que un simple comentario cultural.
«¿Qué encontrarán cuando vengan?», preguntaba retóricamente el estudio. «Que sean, por la gracia de Dios, sermones basados en las Escrituras, comunidades moldeadas por la santidad y el amor, y un discipulado que conecte la doctrina bíblica con las decisiones diarias».
En segundo plano, el panorama religioso general de Estados Unidos continúa cambiando. Datos recientes sugieren una ligera disminución en el número de estadounidenses en edad universitaria que se identifican como transgénero, pero también una erosión constante de la certeza moral cristiana tradicional. Muchos pastores se encuentran ahora navegando entre las doctrinas heredadas y una generación escéptica de los absolutos morales.
Si las cifras de esta última encuesta sirven de indicio, las iglesias estadounidenses podrían estar entrando en un período en el que la pregunta no es solo qué dice la Biblia, sino si su voz todavía se escucha.
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