MADRID, 21 julio (ZENIT.org).- El obispo de Urgell, Joan Martí i Alanís, defiende que «el turismo tiene que ser respetuoso» con las tradiciones, la cultura, el medio ambiente y con las minorías y condena «lo que llaman turismo sexual, especialmente de los niños».
En el editorial de la revista diocesana «Esglesia d´Urgell», que publica el obispado catalán, el prelado defiende que el turismo sea respetuoso también con las prácticas sociales, «aunque no se podrá evitar que la mirada sorprendida de uno que viene de fuera y no está influido por la presión de una tradición propia, encuentre extrañas, por ejemplo, las corridas de toros o tirar una cabra desde lo alto de un campanario».
Bajo el título de «Vacaciones y Turismo», monseñor Martí i Alanís manifiesta «un no rotundo a lo que llaman turismo sexual, especialmente de los niños, valiéndose en gran parte de la situación de extrema indigencia de los pueblos visitados y de la irresponsabilidad que genera la distancia».
«Da vergüenza leerlo en la prensa a menudo, pero se ve que hay agencias que se dedican a organizarlo», escribe el prelado en referencia al turismo sexual. También reclama el obispo de Urgell la salvaguarda del medio ambiente y de los recursos naturales y del patrimonio artístico, arqueológico y cultural y el respeto a los santuarios y a los museos.
«No tengo ninguna duda –añade el obispo– de que los robos de arte religioso que hemos experimentado en los últimos años, en parte, ha sido planificado en épocas de vacaciones y viajes de turismo, aunque se hayan realizado más tarde».
