JERUSALEN, 24 julio (ZENIT.org).- Los tres patriarcas cristianos de la Ciudad Santa comenzaron hoy una serie de reuniones con los ministros palestinos e israelíes que tienen por objetivo hacer presente la voz de los cristianos de las diferentes confesiones en las actuales negociaciones sobre el futuro de Jerusalén.
Ayer al mediodía, comentando las negociaciones de Camp David sobre la paz en Oriente Medio, Juan Pablo II confirmó la posición de la Iglesia sobre esta cuestión: «sólo un estatuto especial internacionalmente garantizado podrá preservar efectivamente las partes más sagradas de la Ciudad Santa y asegurar la libertad de fe y de culto para todos los fieles que, en la región y en el mundo entero» la ven como «una encrucijada de paz y de convivencia».
Veinticuatro horas después, Michel Sabbah, patriarca católico; Diodoros I, patriarca greco-ortodoxo; y Torkom Manoukian, armenio-ortodoxo; comenzaban un encuentro con los representantes de los dos gobiernos implicados para tratar de hacer un balance sobre los pasos que se han dado y los que se podrían dar. En la tarde de hoy se encontraron con representantes palestinos y mañana lo harán con los israelíes.
De esta manera, los dos ejecutivos responden también a la carta que dirigieron los líderes cristianos a los protagonistas de la cumbre de Camp David –el presidente estadounidense Bill Clinton, el primer ministro israelí Ehud Barak y el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat– en la que pedían que los cristianos puedan participar en las negociaciones y se pronunciaban contra la división entre israelíes y palestinos de los barrios cristianos de la ciudadela antigua.
Dimensión local e internacional
Horas antes de comenzar esta serie de reuniones con los ministros palestinos e israelíes, el patriarca católico de Jerusalén, Su Beatitud Sabbah, ha explicado a los micrófonos de «Radio Vaticano»: «El problema en este momento, en nuestro país, es la paz, y esto es lo que se está tratando de construir en Camp David». En esta búsqueda de la paz, según el patriarca, hay que tener en cuenta dos dimensiones de Jerusalén, la local y la internacional. «A nivel local los cristianos palestinos pertenecen a Palestina y los cristianos israelíes pertenecen a Israel. Pero vemos también un aspecto internacional: Jerusalén es cristiana para todo el mundo cristiano, como es judía para todo el mundo judío y musulmana para el mundo musulmán. Por este motivo, Jerusalén debe tener un estatuto especial. En la solución política que se está buscando, es necesario que esta dimensión mundial de la ciudad, religiosa y cultural, sea tenida en cuenta y respetada».
«Nosotros somos del parecer que no se puede separar la dimensión local Jerusalén de su dimensión mundial –añade Sabbah–. A nivel local, la Iglesia local como institución busca la paz. Desde este punto de vista, vemos que no habrá paz –o no será una paz duradera– si la Jerusalén palestina tiene una soberanía palestina y la Jerusalén israelí una soberanía israelí». Si se adopta este tipo de soluciones se corre el riesgo, por ejemplo, de que los fieles de una religión no puedan visitar sus lugares santos.
En definitiva, el patriarca pide que «a la hora de construir la paz, en el ámbito de dos soberanías políticas locales, la dimensión mundial de Jerusalén sea tenida en consideración».
Encuentro histórico
El patriarca latino reconoce que los encuentros con los dos ejecutivos que hoy comienzan son realmente históricos, pues es la primera vez que se tiene en cuenta el punto de vista de los cristianos. «Desde hace tiempo la Iglesia habla –nosotros a nivel local y la Santa Sede a nivel mundial–, pero es la primera vez que las autoridades políticas nos piden nuestro punto de vista sobre la cuestión de Jerusalén».