LOS NEGRALES (MADRID), 17 julio (ZENIT.org).- «Queda inaugurada la XV Asamblea General, la Asamblea del ´Creí por esto hablé´», dijo la directora general de la Institución Teresiana, Arantxa Aguado, al concluir su discurso inaugural, invocando la protección de Nuestra Señora en su festividad del Carmen, ayer en Los Negrales (Madrid). Un sentido y prologando aplauso de las 88 asambleístas asistentes, con la nota exótica de los típicos gritos africanos, subrayó estas palabras de la directora general.
Al comenzar esta primera sesión de la Asamblea, en las iniciales invocaciones al Espíritu Santo, la súplica más repetida por las asambleístas fue: «Ven Espíritu y renuévanos».
La mesa estaba presidida por Arantxa Aguado; Lucía Galparsoro, vicedirectora general, y Rosemarie Kamke, secretaria general.
Al iniciar su discurso, la directora general leyó un mensaje especial para la Asamblea enviado por el Papa Juan Pablo II. El Santo Padre saluda «muy cordialmente» a la directora general y a los miembros participantes en la Asamblea e «invoca sobre ellos la gracia de escuchar con prontitud aquello que el Espíritu sugiere a las distintas comunidades para afrontar así con clarividencia y generosidad, desde su particular vocación, los desafíos del nuevo milenio».
Así mismo, dice el mensaje, «al tener lugar esa Asamblea en la casa de Santa María, donde reposan los restos del beato Pedro Poveda, les exhorta a fundamentar sus trabajos en la simplicidad de las cosas esenciales, con la perspicacia profética que nace de la intimidad con Dios, la fidelidad de quien se siente apóstol de Jesucristo y el temple, humilde pero inquebrantable, del mártir de la fe. De este modo, será más fácil e inequívoco todo proyecto de presencia en el mundo de la cultura, la enseñanza o el trabajo, cuya finalidad es siempre dar un alma a los complejos procesos que a veces corren el riesgo de aturdir a las mujeres y hombres de hoy, disgregando su identidad y privándoles de un verdadero motivo por el que dar la vida y esperara en la historia. El Santo Padre, pues, confía mucho en una evangelización que crea cultura, abre espacios de comunicación y no cierra sus puertas a ninguno de los aspectos humanos, siendo así vehículo privilegiado de la esperanza de salvación que Cristo ha ganado para todos». Con estos sentimientos, el Santo Padre imparte a los participantes en la Asamblea y a todos los miembros de la Institución Teresiana la bendición apostólica.
Así mismo la vicedirectora general leyó un mensaje del presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, el cardenal Francis Stafford, el cual desea para la Institución que sea «signo y exigencia de actualización de una viva adhesión y una fecunda realización del carisma de su Fundador en cuanto modalidad de encuentro, seguimiento y testimonio de Jesucristo, de revitalización de su tradición, manifestada y enriquecida por muchos frutos espirituales y apostólicos, de gratitud y responsabilidad confirmadas en el camino de una radicalidad de vida cristiana, según la llamada universal a la santidad y los dones y vocaciones recibidas en la Institución».
En su discurso, Arantxa afirmó que esta Asamblea es también una experiencia jubilar de reconciliación, libertad, alegría, conversión y amor activo.
Recordó el objetivo general de esta Asamblea «reconocer, asumir y responder con audacia a los desafíos que la evangelización reclama de la misión de la Institución y de su responsabilidad eclesial como Asociación de Laicos».
Finalizó su discurso anunciando una sorpresa final: una edición de escritos autobiográficos inéditos de Josefa Segovia que se está preparando y verá la luz en estos días. Pidió también acoger con un gran abrazo a la nueva directora general y consejo que saldrán de esta Asamblea. El canto final puso en manos de Nuestra Señora el inicio de esta XV Asamblea General.
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Jul 17, 2000 00:00