Dado que el obispo de Roma es también el primado de Italia, la Conferencia Episcopal de este país es quizá la única del mundo que no escoge a su presidente por votación. Al ser constituida, los obispos italianos habían mostrado su deseo de que fuera siempre su presidente el Papa, privilegio que sólo puede tener este país.
Ahora bien, el pontífice, al no tener tiempo para desempeñar este cargo ha delegado esta nominación en obispos a los que él nombra personalmente.
Al hacer pública la noticia en este martes la Sala de Prensa de la Santa Sede, el cardenal Ruini (70 años recién cumplidos) ha afirmado en un comunicado oficial que en estos próximos cinco años trabajará para hacer de la carta apostólica «Novo Millennio Ineunte», con la que el Santo Padre ha concluido el Jubileo del año 2000, la propuesta pastoral para la Iglesia en Italia.
Es la primera vez que el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana es nombrado por un tercer quinquenio consecutivo.