BUTEMBO, 16 mar 2001 (ZENIT.org).- Han vuelto ya a sus casas (el 4 de marzo), los setecientos europeos que han participado en una misión de paz en Butembo, Kivu norte (República Democrática del Congo), uno de los lugares en los que la guerra en este país es más sangrienta.
Convocados por el obispo del lugar, monseñor Melquisedec Sikuli, organizaciones no gubernamentales de inspiración católica («Beatos los Constructorres de la Paz», «Llama Africa» y «Operación Paloma-Asociación Papa Juan XXIII» eran algunas) procedentes de Italia, España, Francia, Bélgica y Alemania han querido dar con su presencia un testimonio de reconciliación. Sus edades oscilaban entre los 18 y los 70 años y sus profesiones eran tan dispares como la edad.
Junto a la población local participaron en un Simposio Internacional de Paz organizado en Butembo por la sociedad civil del lugar y las comunidades religiosas de la región de Kivu Norte. Cuando llegaron los voluntarios extranjeros, fueron acogidos en aquella localidad por La caravana fue acogida en Butembo, dos días por una multitud de al menos 200.000 personas llegadas desde Goma, Bukavu y otros lugares.
El padre Richard Kitengie, congoleño, de la diócesis de Kabinda, responsable de la comisión diocesana de Justicia y
Paz, presente en Butembo, comenta el acontecimiento, ha comentado así el acontecimiento: «Ha sido verdaderamente una fiesta, la fiesta de la esperanza, la fiesta de un pueblo que aspira a la paz y, sobre todo, que ha visto por primera vez a una delegación importante de amigos de la paz, que han bajado a visitarle en su experiencia dolorosa. Se ha podido escuchar un «no» absoluto a la guerra, a toda forma de violencia, al odio. Todos están dispuestos a iniciar un proceso de reconciliación y por ello se ha pedido a las fuerzas de ocupación, tanto ruandesas como ugandesas, que se retiren de Congo y que detengan toda forma de violación de los derechos humanos».
«Me sentido verdaderamente feliz de haber participado en este simposio –añade el misionero–. He visto al pueblo renacer dentro de una fuerte experiencia de sufrimiento. He visto a mi pueblo cantar, bailar, gritar «paz». Más de 200.000 personas se han arrojado a las calles de Butembo gritando por todas partes «uhurru» (libertad), «amani», (paz)».
Al concluir el Simposio, monseñor Sikuli afirmó: «Hay que declarar la guerra a la guerra con la práctica de la no violencia, reuniendo el mayor número posible de personas y asociaciones, para convencerlas de la urgencia de la paz y ejercer presiones sobre las instituciones, nacionales e internacionales, recordando los derechos de integridad territorial, de democracia y de dignidad humana».
El acontecimiento se convirtió en una respuesta cristiana paralela a las negociaciones de paz que han comenzado en estos entre las partes en lucha en el conflicto que afecta a la región africana de los Grandes Lagos, tras la muerte del presidente Laurent Kabila.
Dos días después de que terminara el simposio, Ruanda y Uganda anunciaban la retirada de sus tropas de las zonas ocupadas del Congo. El presidente ruandés, Paul Kagamé, ha declarado que retirará todas sus tropas, a condición de que el nuevo presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, mantenga la seguridad de la frontera entre ambos países.