CIUDAD DEL VATICANO, 19 mar 2001 (ZENIT.org).- En estos días ha dado un paso significativo la causa de canonización de un pediatra de Guatemala, la quinta persona del Opus Dei que se encuentra en camino hacia el reconocimiento solemne de su santidad por parte de la Iglesia.
Ernesto Cofiño, fallecido en 1991, con cinco hijos, fue un pionero de la investigación pediátrica en Guatemala. Creó y ocupó la Cátedra de Pediatría en la Facultad de Medicina en la Universidad de San Carlos (USAC), durante 24 años. Por su dedicación generosa a la docencia mereció que se le concediera la Medalla de Oro de la USAC, máxima distinción de ese centro universitario.
El año 1956 pidió su admisión en el Opus Dei como miembro supernumerario. A partir de esa fecha, además de intensificar su vida espiritual, se dedicó a promover labores de promoción humana y cristiana, inspirándose en la doctrina social de la Iglesia. Esto le llevó a fundar la Asociación Pediátrica de Guatemala y a dirigir durante años la Cáritas en ese país. Murió de cáncer, después de una enfermedad larga y dolorosa, a los 92 años.
El proceso de canonización, tras el «nihil obstat» de la Congregación para las Causas de los Santos, comenzó el 31 de julio pasado con la publicación del Decreto de Introducción de la Causa, en presencia del arzobispo de Guatemala, monseñor Próspero Penados Del Barrio.
En estos días, está terminando el interrogatorio de los testigos, necesario para la conclusión del proceso diocesano sobre vida y virtudes del médico centroamericano. A la postulación de la causa han llegado testimonios de favores atribuidos a la intercesión de Ernesto Cofiño procedentes de toda América Central, de México, Estados Unidos, Australia, Francia, España y Polonia.
Actualmente están en proceso de canonización, además del beato Josemaría Escrivá, otros tres miembros del Opus Dei: el ingeniero argentino Isidoro Zorzano, la estudiante catalana Montse Grases, y el médico español Eduardo Ortiz de Landázuri.