SIRACUSA, 19 mar 2001 (ZENIT.org).- Los católicos italianos comenzaron hoy una asamblea de reflexión sobre el papel de los laicos a inicios de milenio con la inauguración del IV Congreso de las Iglesias de Sicilia, una iniciativa
En el encuentro, que tiene lugar en Acireale del 19 al 23 de marzo, tendrá mañana una intervención básica monseñor Giuseppe Constanzo, obispo de Siracusa, delegado para el laicado y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Esta gran asamblea de católicos de Sicilia hará un auténtico examen de conciencia sobre el papel de los laicos en la Iglesia. Para ello, explicaba hoy monseñor Costanzo al diario italiano Avvenire, lo primero que se ha hecho ha sido distribuir en las diócesis un documento sobre el argumento que concluye con tres grupos preguntas. Su objetivo consiste en «verificar hasta qué punto la doctrina de la Iglesia, en todos sus aspectos, había sido recibida».
«De las respuestas, se deduce que la doctrina se ha predicado teóricamente pero no ha sido teóricamente acogida», revela. En Sicilia, donde la Iglesia es muy dinámica, las tradiciones son muy profundas y esto provoca que los laicos y en especial las mujeres tiendan a delegar muchas de sus responsabilidades al sacerdote.
El documento demuestra que «nos encontramos ante una Iglesia que se mira demasiado a sí misma –añade el obispo–, menos abierta al territorio y a los problemas concretos de la sociedad civil. Hace falta volver a pensar en la Iglesia sinodal que está fundada sobre el ministerio de los sucesores de los apóstoles, jerárquicamente estructurada, pero capaz, en obediencia al Espíritu, de dar espacio a la acción ministerial y carismática de todos los bautizados».
«Los laicos tienen que dar una contribución decisiva a la renovación de la vida eclesial y de la acción pastoral».
Ahora bien, para eso, concluye el obispo, «hace falta superar un círculo vicioso: por un lado aparecen los laicos poco conscientes de su papel y ministerio; y, por otro, el clero que no disponiendo de un laicado maduro, tiende a valorar a los laicos como si sólo fueran mano de obra».
«Por parte de los laicos se requiere más formación bíblica, teológica, espiritual, mientras que al clero se le pide una mayor confianza hacia los laicos, más disponibilidad también a arriesgar ayudándoles a crecer».
