En un comunicado destinado a «aclarar» la posición de la Iglesia griega antes de la visita papal, el arzobispo Christodulos explica que el Papa mostró «señales serias de arrepentimiento» por «primera vez después de siglos de intransigencia del Vaticano», algo que ha movido a la Iglesia a darle la bienvenida.
Con este comunicado el arzobispo responde a las duras acusaciones lanzadas por sectores ortodoxos nacionalistas. El presidente de la Asociación del clero griego, que representa a unos 8 mil párrocos ortodoxos, Eustaquio Kolas, ha definido a Juan Pablo II como «grotesco monstruo de dos cabezas de Roma» y «lobo vestido de cordero».