Con este reconocimiento, su país natal ha querido distinguir los méritos de esta religiosa de la Congregación de Nuestra Señora de Sión que durante veinte años estuvo al servicio de los más pobres de la capital de Egipto, construyendo escuelas y hospitales en los barrios más abandonados.
El decreto que otorga el reconocimiento fue firmado el 1 de enero por el presidente Jacques Chirac.
Madeleine quedó huérfana cuando era apenas adolescente. En 1931 al entrar en la vida religiosa tomó el nombre de sor Emmanuelle y comenzó su apostolado enseñando filosofía y letras en escuelas de Turquía, Túnez y Egipto. Regresó a París en 1993 por indicación de sus superioras para evitar daños a su salud. Sus libros y entrevistas siguen teniendo gran impacto en la opinión pública francesa.