El Consejo de ministros del Congo, en un comunicado publicado en la noche de esta sábado, había afirmado: «Unos 600 mil compatriotas han sido expulsados y se refugian en la naturaleza, en el frío, sin comida, sin agua potable, ni electricidad o medicamentos, expuestos a todo tipo de riesgos».
Tras asegurar su cercanía a los damnificados, al concluir la oración mariana del «Angelus», el Papa pidió: «Que no falte nuestra ayuda concreta a quienes sufren a causa de esta gran calamidad».