Temor ante la repatriación a Vietnam mil cristianos tribales

Sufren persecución religiosa por parte del Gobierno

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LONDRES, 31 enero 2002 (ZENIT.org).- Un acuerdo de repatriar a Vietnam a unos mil cristianos de las tribus que huyeron de la persecución en 2001 está causando preocupación entre los observadores internacionales, según informa la agencia Compass Direct.

«Estos refugiados están siendo presionados para volver con muy pocas garantías de seguridad a una zona en la que el Gobierno está todavía persiguiendo con fuerza a los cristianos de origen tribal», denuncia una fuente que pide no dar su nombre.

Varios miles de personas del medio millón de cristianos de las tribus de las Tierras Altas de Vietnam huyeron a la vecina Camboya después de que las autoridades lanzaran una campaña anticristiana a mediados de 2001, en respuesta a las protestas callejeras a favor de los derechos de la tierra y contra la persecución religiosa.

El acuerdo, anunciado el 22 de enero entre los Gobiernos de Vietnam, Camboya y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) devolverá a mil solicitantes de asilo a sus casas en unas semanas.

Según el portavoz de ACNUR, Jahanshah Assadi, es un «programa voluntario» y Hanoi ha prometido no castigar o discriminar a los refugiados que vuelvan.

Sin embargo, otros dicen que el acuerdo es una «transacción» por tres razones. Primero porque se teme que los refugiados sean repatriados a la fuerza, lo que está contra los principios de ACNUR.

Segundo, ACNUR ha admitido que puede hacer visitas de seguimiento sólo a «algunos» de los cristianos tras su retorno y no sería capaz de asegurar el que todos ellos sean tratados dignamente.

Tercero, el Gobierno vietnamita sigue persiguiendo a los cristianos de la tribu Hmong y hace propaganda para denunciar la fe cristiana como un sistema inaceptable y rival del comunismo.

Un artículo del 5 de diciembre publicado en un periódico del Ministerio de Justicia contenía una «confesión» de un ex cristiano Hmong, que escribía: «Debo creer en el Partido y decido abandonar la religión de Vang Chu (Señor del Cielo) y restaurar nuestro altar ancestral».

Las autoridades vietnamitas, impresionadas por las protestas de febrero de 2001, encarcelaron a un gran número de líderes cristianos, algunos de los cuales fueron sentenciados a entre seis y doce años de prisión. Otros cristianos relataron que fueron forzados a reconvertirse al animismo tradicional.

Cuando el Gobierno vietnamita concedió estatuto legal a la mayor denominación protestante, la Iglesia Evangélica de Vietnam, en abril de 2001, quedó claro que no veía a los cristianos de las tribus como parte del acuerdo, aunque al menos dos tercios de los miembros de esta confesión cristiana son de las zonas tribales.

Observadores vietnamitas están haciendo llamamientos a los cristianos occidentales a fin de que presionen a sus gobiernos para clarificar el estatuto de estos mil solicitantes de asilo que tienen un «temor bien fundado de persecución» y asegurar que no son forzados a retornar.

Algunos abogados están pidiendo a Estados Unidos que use los acuerdos comerciales como influencia para detener la repatriación.

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ZENIT Staff

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