JERUSALÉN, 15 enero 2003 (ZENIT.org).- Los católicos del mundo pueden ofrecer dos servicios insustituibles a sus hermanos de religión en Tierra Santa: ayudarles materialmente, en particular a sus escuelas, y reanudar las peregrinaciones.
Lo afirma el padre Marun Lahham, rector del Seminario del Patriarcado Latino de Jerusalén, al comentar la reunión de obispos de Europa y América del Norte que se celebra en Jerusalén, junto al patriarca latino, Su Beatitud Michel Sabbah, y al nuncio apostólico, el arzobispo Pietro Sambi.
«Mucho se ha hecho, pero mucho queda todavía por hacer», añade el padre Lahham.
Según el rector, «las escuelas constituyen en estos momentos una auténtica emergencia» para los católicos en Tierra Santa. La crisis económica y social provocada por el conflicto ha tenido sobre las mismas duras consecuencias.
«La educación permite a nuestros jóvenes construir su futuro aquí y aspirar a un trabajo, a una profesión, que permita crear y mantener una familia. De hecho, no hay alternativas, a no ser que se decida abandonar el país. Algo que hay que evitar totalmente», añade.
«El mayor esfuerzo de las Iglesias hermanas, no sólo europeas y americanas, debe ser dedicado a este sector estratégico –explica el sacerdote–. Y, por las palabras de los obispos que participan en este encuentro, me parece que en este punto todos están de acuerdo».
Ahora bien, a este compromiso le debe corresponder también el de los cristianos a «regresar, como peregrinos, a los Santos Lugares. No se trata sólo de un poyo espiritual, innegable e importante, sino también material. La presencia de peregrinos permitiría levantar a la economía local y ayudar a muchas familias, no sólo cristianas, que viven de la artesanía y del turismo».
A pesar de las dificultades, no faltan las vocaciones en Tierra Santa, constata por último el padre Lahham. «En nuestro seminario mayor, en Jerusalén, cuya diócesis cuenta con unos 70.000 católicos, tenemos 23 seminaristas. A estos les será encomendada la atención y el futuro de los cristianos de los Santos Lugares. Pero hay que darse prisa en apoyarles, pues cada vez hay menos cristianos».
