LIUBLIANA, 1 septiembre 2003 (ZENIT.org).- El arzobispo y metropolita de Liubliana (Eslovenia) ha denunciado el intento de manipular o negar hechos que evidencian la intolerancia que están sufriendo los católicos en el país.
«Una vez más –afirmó monseñor Franc Rodé–, frente a una clara denuncia de la situación social, política y religiosa por parte de la Iglesia católica en Eslovenia, asistimos consternados a la tergiversación de los datos de hecho que el pensamiento de izquierda es capaz de obrar en la realidad de nuestro pueblo».
«Por no hablar –añadió– de las consecuencias que se derivan de una cultura universitaria aún fuertemente ideológica».
Con estas palabras, el prelado censuró el lunes pasado la intervención de Sreeko Dragos, profesor de sociología de la religión en la facultad de Ciencias Sociales de la misma ciudad en una entrevista concedida de la red televisiva Pop TV del 22 de agosto.
En la misma, el docente declaró que «en absoluto tenía la impresión de que el umbral de la intolerancia religiosa en Eslovenia estuviera avanzando» y que «no recordaba ningún dato proporcionado en los últimos años por los sondeos de opinión que demostrara la intolerancia hacia los ciudadanos católicos, esto es, hacia la mayoría de la población».
Dicha afirmación –recogida por la agencia «Sir» de la Conferencia Episcopal italiana– difiere de la denuncia precedente de monseñor Anton Stres, obispo auxiliar de Maribor y presidente de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Eslovena, quien expresó su preocupación por la creciente intolerancia hacia la Iglesia católica en el país (Cf. Zenit, 24 de agosto de 2003).
En particular, monseñor Stres denunció diferentes profanaciones contra imágenes marianas y crucifijos, actos de vandalismo contra iglesias y edificios sagrados y el hecho de que en Koper un concejal del Ayuntamiento impidiera a la fuerza que se tocaran las campanas de la catedral el pasado 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María y fiesta civil.
Encabeza los actos de intolerancia la profanación del cuadro de la Virgen de Brezje –venerada por los católicos eslovenos– cuya imagen se ha distorsionado en la portada de un CD de un grupo musical.
Según la Iglesia en Eslovenia, «ninguno de los representantes del poder ha condenado explícitamente estas acciones».