RÍMINI, 31 agosto 2003 (ZENIT.org).- Interviniendo en videoconferencia, monseñor Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, clausuró el Meeting por la amistad entre los pueblos que del 24 al 30 de agosto ha reunido a 700.000 en la localidad italiana de Rímini.
El sacerdote, de 80 años, que por motivos de salud no pudo viajar a Rímini, deseó para los que le escuchaban, en su mayoría jóvenes, que hagan la experiencia de la maternidad de la Virgen María.
«Somos pobres, pequeños, áridos y estamos muchas veces perdidos, pero somos tus hijos», afirmó Giussani en su mensaje, que en ocasiones se convirtió en oración.
«Que vivamos este misterio de la relación con la Virgen de la manera más intensa posible, aunque hayamos dado vueltas, como lo estoy haciendo yo ahora. «Ciao»», concluyó arrancando un cariñoso aplauso.
El próximo año, el Meeting que se celebrará entre el 22 y el 28 de agosto, conmemorará los 50 años de vida Comunión y Liberación.
La finalidad de este movimiento eclesial es la educación cristiana de sus propios seguidores y la colaboración con la misión de la Iglesia en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea.
Nació en Italia en 1954 cuando don Luigi Giussani dio vida, a partir del liceo clásico «Berchet» de Milán, a una iniciativa de presencia cristiana llamada Juventud Estudiantil. Las siglas actuales, Comunión y Liberación (CL), aparecen por primera vez en 1969. Sintetizan el convencimiento de que el acontecimiento cristiano, vivido en la comunión, es el fundamento de la auténtica liberación del hombre. En la actualidad Comunión y Liberación está presente en cerca de setenta países en todos los continentes.
No se prevé ninguna forma de inscripción, sino únicamente la libre participación de las personas. Un instrumento fundamental de formación de los seguidores del movimiento es la catequesis semanal denominada «Escuela de comunidad».