Al no poder asistir, el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Walter Kasper, envió un discurso al encuentro que fue leído por el nuncio apostólico en Grecia.
En su intervención, el cardenal Kasper subrayó la «importancia de una visión de un mundo donde los pueblos lleven a cabo una competición pacífica y leal, olvidando sus intereses legítimos».
El purpurado alemán recordó de este modo las palabras de Juan Pablo II sobre la importancia de los Juegos Olímpicos como una competición de fraternidad.
El purpurado concluyó su discurso en la conferencia reconociendo la importancia de los valores humanos dentro del mundo del deporte en pro de «la libertad de la persona, de la dignidad del cuerpo, de su fuerza y de su belleza».
Según han informado los organizadores, la conferencia pretendía presentar «la visión de un mundo en el que todos los pueblos, en competición pacífica y en una sociedad armoniosa, persiguen sus intereses legítimos, más allá de la discriminación, y contribuyen a la construcción de una sociedad en armonía y libre, justa, y respetuosa con los derechos humanos».