SANTIAGO DE CHILE, lunes, 23 agosto 2004 (ZENIT.org).- Tener en cuenta la dimensión trascendente de la información religiosa, considerar el punto de vista del creyente y un esfuerzo de objetividad pide en Chile el Consejo de Ética de los Medios a la hora de tratar informativamente los acontecimientos religiosos.
Así se desprende de un dictamen (Resolución nº 121) del organismo en respuesta al estudio que le pidió monseñor Manuel Camilo Vial –secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile– sobre el «tratamiento periodístico de los hechos religiosos», un área especialmente compleja, reconoce el Consejo.
Creado por la Federación de Medios de Comunicación Social de Chile, el Consejo de Ética de los Medios de Comunicación es un órgano de autorregulación en materia de ética informativa de la labor que realizan aquellos medios que pertenecen a alguna de las empresas afiliadas a las asociaciones que la integran.
Su misión es promover la ética periodística en el ámbito de la información y representar, dentro de sus atribuciones, las infracciones que contra ella se cometan, aclara la Asociación Nacional de la Prensa chilena.
Ya en ocasiones anteriores, actuando de oficio, el Consejo se había pronunciado sobre «determinadas áreas sensibles» «porque pueden afectar negativamente a la información», «porque su cobertura presenta complejidades» o «porque puede afectar la dignidad de las personas», explica el citado «Dictamen sobre cobertura de noticias religiosas».
«Las grandes religiones, sus instituciones y sus símbolos expresan la dignidad y la trascendencia de la persona humana» y «la dimensión religiosa en el hombre, presente en todas las culturas, forma parte inseparable de su dignidad», observa el documento, del que se hace eco íntegramente el episcopado chileno (www.episcopado.cl).
De ahí que, específicamente, «la relevancia que estas expresiones [religiosas] tienen para la sociedad y para las personas –sean ellas protagonistas de la noticia, fuentes o público—requiere un extremo respeto en el tratamiento de la información que debe excluir la burla o el menosprecio, así como el utilizar torcidamente los símbolos o las prácticas religiosas».
Además el acontecimiento religioso representa «un tipo de información –al igual que otras de carácter especializado– que exige de un adecuado contexto, puesto que el público no siempre cuenta con los elementos para entender esta realidad».
Por ello, según el Consejo de Ética, los medios de comunicación «deberán hacer un esfuerzo» por:
1. Tener en cuenta la dimensión de trascendencia que este tipo de información posee, y que forma parte ineludible de las noticias de este sector.
2. Considerar el punto de vista del creyente, lo que exige, entre otras cosas, informar sobre la institución religiosa desde ella misma.
3. Recoger como noticia tanto las manifestaciones habituales y cotidianas que se presentan en el ámbito religioso –así en la vida de las personas como de la sociedad– como aquellos hechos que muestran ruptura o conflicto.
«La cobertura de la información religiosa constituye, así, un desafío importante para los medios. El respeto por las personas y las instituciones, y por el contexto en que se origina, es de suyo respeto por la dignidad humana y una de las dimensiones de su libertad, la libertad religiosa. Es también manifestación real de tolerancia y pluralismo informativo», aclara el documento.
El dictamen ha sido pronunciado por los consejeros María José Lecaros, Francisca Alessandri, Alberto Chaigneaux, Bernardita Del Solar, Bernardo Donoso, Arturo Fontaine A., Manuel Guzmán, Abraham Santibáñez y Manuel Valdés, actuando como secretario el Fiscal Miguel González Pino.