BIRMINGHAM, Alabama, jueves, 6 enero 2005 (ZENIT.org–El Observador).- La madre María Angélica de la Asunción es la fundadora y actual presidenta emérita de la Junta de Ejecutivos de un canal de televisión mundial que emite su señal por seis satélites y que inició el 15 de agosto de 1981 con una inversión de 200 dólares, un garaje y un convento de clausura en el estado menos católico de la Unión Americana (en Alabama solamente el dos por ciento de la población es católica).
Hoy, Eternal World Televisión Network (EWTN) es un conglomerado de medios que incluye radio, televisión, Internet, radio de onda corta y servicios informativos de todo tipo. Emite para el Pacífico, América, Europa, África y la India. Su cobertura televisiva alcanza 104 millones de hogares en el mundo. Sin embargo, su mayor desarrollo se encuentra en los países hispanohablantes.
Por ello, ZENIT.org–El Observador entrevistó a Enrique Duprat, gerente de producción de programas en español de EWTN
–¿Qué presencia tiene EWTN actualmente en América Latina?
–Duprat: Tenemos una presencia muy fuerte en todos los países latinoamericanos, con un crecimiento muy pronunciado en España y en México, porque en casi todas las capitales latinoamericanas y en las grandes ciudades del continente tenemos la señal, con muy pequeñas excepciones, como Ciudad de México. Pero nuestra fuerza está en ciudades pequeñas, con cable operadores pequeños y en algunas regiones de Centro y Sudamérica, tenemos televisión abierta.
–Sin embargo, su nacimiento y expansión se debe a la televisión por cable, ¿no es así?
–Duprat: EWTN es un canal de televisión por cable, básicamente. Empezó en los Estados Unidos cuando empezó la televisión por cable en este país. EWTN es pionero en esta rama; fuimos el primer canal de televisión por cable que trasmitió por satélite.
–Y ahora están utilizando toda la fuerza de la tecnología satelital….
–Duprat: Estamos usando cinco satélites y seis señales. Dividimos la señal de los Estados Unidos para Canadá, pero es una división técnica. Además, cubrimos el Pacífico, Europa, India, África, toda América y Estados Unidos continental.
–¿Es difícil mantener la ortodoxia católica y enfrentar la competencia televisiva de las redes comerciales de televisión?
–Duprat: Si ser ortodoxo es ser católico, bueno pues la verdad es que somos muy ortodoxos. Pero a nivel visual y de contenido, hay que hacer una distinción entre programación en español y en inglés. En América Latina, la gran mayoría es gente joven y nuestra programación tiende a ser un poquito más alegre, si se me permite el término, un poco más colorida, que refleje lo que es el latino, el latinoamericano, el hispano. Nuestra vida de fe tiene que ver mucho con nuestra pasión. Tú vas a una Iglesia en cualquier país latinoamericano y te encuentras un Cristo golpeado y sangrante, como el que pusieron en la película «La Pasión». La fe la tratamos de vivir al ciento por ciento. En la programación en español tratamos de reflejar esto, que hace una diferencia notable con nuestra programación en inglés.
–¿Esto afecta sólo al aspecto visual o también al contenido?
–Duprat: Afecta al plano visual; en contenido, EWTN –en ambos idiomas– es un canal ortodoxo (seguimos el magisterio de la Iglesia, la enseñanza del Santo Padre y del Vaticano; estamos en línea directa con la Santa Madre Iglesia); por lo tanto, las opiniones que se vierten en la estación, los programas, los contenidos, los programas educativos, los programas de formación, nada se sale del magisterio de la Iglesia.
–¿Se puede repetir esta experiencia en los países y en las televisiones nacionales?
–Duprat: Se puede. Sin embargo, requiere ser sostenido por la gente. Hay que reconocer que EWTN es un canal surgido en los Estados Unidos, y el norteamericano, el anglosajón en general, está acostumbrado a dar, a ayudar. En Latinoamérica es un poco más difícil ese concepto. Sobre todo porque el pueblo ha visto, tradicionalmente, a la Iglesia como la que provee, no la Iglesia como a la que hay que darle… Pero la experiencia del canal sí se puede repetir en nuestro continente.
–Los canales católicos de Latinoamérica, ¿están haciendo bien su trabajo?
–Duprat: Yo siempre he dicho, cuando trabajo con ellos, que nada es imposible, pues nosotros, EWTN, mostramos que sí es posible, que se puede: para Dios no hay nada imposible. Ahora, si ustedes, por necesidad, tienen que ser comerciales o semi comerciales, pongan también mucho empeño en decirle al Señor: «provee, nosotros ponemos el resto».
–¿Hace falta talento para recoger fondos?
–Duprat: Dios no elige a los preparados, prepara a los elegidos. Talento sí es necesario, pero hay que tener gente buena, gente que sepa del negocio, porque para Dios hay que hacer siempre lo mejor. Ésa es una de las cosas que nos contentan en EWTN: que aunque mucho de nuestro personal en realidad no tiene experiencia televisiva anterior, es gente con un ánimo de trabajo muy grande, muchas ganas de aprender y lo deja mucho en manos de Dios. Aunque sí tenemos gente que sabe de televisión y que ocupa posiciones clave. Traen la experiencia del medio secular, pero sin secularizar a EWTN.
–¿Cuál es la fórmula de EWTN para comprometer a la teleaudiencia?
–Duprat: Dándole calidad. El secreto de la televisión católica es calidad. Aunque hay una gran diferencia en lo que voy a decir, sirve para explicar qué es calidad: si en el altar tenemos un cáliz de oro para contener la preciosa sangre de Jesucristo, ¿por qué no hacer lo mismo en el mundo de la comunicación pública para trasmitir la palabra de Dios? Hay que hacer lo mejor que esté en la capacidad tanto económica como intelectual de la persona. No nos podemos conformar con cualquier cosa, como por desgracia ocurre mucho, de que «porque estamos evangelizando, con esto basta».
–Mucha gente confunde calidad con recursos…
–Duprat: Tener cámaras, computadoras, satélites ayuda, pero eso no es el canal de televisión. El canal lo hace la gente, su trabajo, su empeño y, cosa muy importante, la oración. Se trata de llevar a la gente el mensaje que Dios quiere y no el que nosotros queramos. Para entretener hay mil canales. Pero tú puedes entretener evangelizando, pero no te puedes quedar en el entretenimiento, porque, entonces, no evangelizas.
–Hay muchos medios católicos que no quieren aparecer como católicos…
–Duprat: Sí, es cierto, aparecen como medios de entretenimiento o, en todo caso, de valores, porque dicen que van a espantar a la gente si se presentan como católicos. Es un grave error. Porque entretener lo puede hacer cualquiera. Lo que no puede hacer cualquier es hablar de Dios.
–¿Qué planes de expansión tiene EWTN?
–Duprat: Nosotros estamos dispuestos a ir a donde Dios nos mande. Hace dos años fuimos a la India. Nunca hubiéramos pensado poder trasmitir el canal ahí. Y ha sido un éxito. Lo mismo en África. Pero nuestra mirada está puesta en México. México es un mundo. Y, como decimos en el mundo de la televisión: si la pegas en México, la pegaste en el mundo hispanohablante. Y eso lo estamos extendiendo a las comunidades hispanas de los Estados Unidos, que son una fuerza creciente y arrolladora: el futuro de la Iglesia católica en los Estados Unidos es el hispano.
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