«Un día histórico» para el diálogo entre judíos y católicos

Según el iniciador de la Fundación Raoul Wallenberg

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ROMA, martes, 18 enero 2005 (ZENIT.org).- Para uno de los pioneros del diálogo entre judíos y católicos, Baruch Tenembaum, fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, este martes ha sido un día «histórico».

Por primera vez, un Papa, Juan Pablo II, recibía en audiencia privada a un grupo de unos 160 rabinos y representantes judíos, que llegaron a Roma para agradecerle su contribución a la reconciliación entre los hijos de Abraham y a la lucha contra el antisemitismo.

El encuentro ha querido celebrar los cuarenta años de la declaración del Concilio Vaticano del Concilio Vaticano II «Nostra Aetate» (28 de octubre de 1965), que marcó un giro decisivo en el diálogo judeocristiano.

En declaraciones telefónicas concedidas a Zenit, Tenembaum, nacido en un asentamiento de inmigrantes judíos en la provincia de Santa Fe (Argentina), que habían escapado de los «pogroms» de Rusia en 1880, confiesa su emoción al ver hasta donde han llegado las relaciones entre judíos y católicos que él impulsa desde que era estudiante del seminario rabínico argentino en los años cincuenta, junto con exponentes de la Iglesia católica en Argentina.

«El encuentro de hoy es conmovedor, pues hace ver cómo aquella idea lanzada hace más de cincuenta ha tenido mucho éxito», reconoce.

«Quien multiplicó geométricamente aquellos esfuerzos iniciales fue Angelo Roncalli, el «padre bueno»», quien convocaría el Concilio Vaticano II al ser elegido con el nombre de Juan XXIII, explica.

«Creo que es un día importante», subraya.

Para Tenembaum es también un gesto significativo el hecho de que el Vaticano haya decidido prestar manuscritos del rabino Maimónides (Moisés ben Maimón), gran filósofo y teólogo de origen español, fallecido en 1204 (se ha celebrado el octavo centenario de su fallecimiento), para que sean expuestos en el Museo de Israel en primavera de 2005.

«Desde Moisés (el Legislador) hasta Moisés (Ben Maimón) no surgió otro como Moisés», recuerda Tenembaum citando un dicho común entre los estudiosos judíos para dar una idea de su trascendencia histórica.

«Es una oportunidad para que muchas personas en el mundo descubran su legado», subraya.

Para revelar el espíritu con el que en este ya casi medio siglo ha promovido el diálogo con los cristianos, Tenembaum considera que la clave es «la amistad y el amor al prójimo».

«El prójimo es el «próximo», a quien sentimos cerca de nosotros. Creemos que cuando nos acercamos a alguien podemos dialogar con él y cambiar el conocimiento, la información que antes teníamos», explica.

«Al dialogar queremos observar lo mejor del otro. Queremos ratificar lo que quiso el Creador y los dones que a cada uno ha dado el Creador. El Creador nos hizo diferentes y no fue una casualidad. La armonía significa distintas voces, que se integran en una expresión», añade.

Tenembaum está convencido de que muchos de los prejuicios pueden superarse con la información, y el conocimiento mutuos. «El enemigo mayor que tenemos es la ignorancia y nuestro mayor amigo la verdad», aclara.

«Cuando logramos desarraigar las mentiras y el odio, e implantar la verdad, entonces nos aceptamos y entendemos», subraya.

Con este objetivo, la Fundación Raoul Wallenberg se dispone a lanzar en las próximas semanas en varios idiomas un boletín informativo. Los interesados pueden pedir una suscripción a la dirección irwf@irwf.org.ar (entre los que se suscriban se sorteará un viaje a Jerusalén).

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ZENIT Staff

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