El dinero que envían los inmigrantes a sus casas, alivio para muchas naciones

Un estudio subraya el papel de los emigrantes en la ayuda al desarrollo

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WASHINGTON, sábado, 3 diciembre 2005 (ZENIT.org).- La inmigración internacional puede ser un instrumento importante para ayudar a los países en desarrollo, afirmaba un informe del Banco Mundial hecho público el 16 de noviembre. Los emigrantes y el dinero que envían a casa son el principal tema en el «Informe sobre Perspectivas Económicas Globales para el 2006».

«El desafío a que se enfrentan quienes rigen la política es conseguir plenamente las ventajas económicas potenciales de la emigración, mientras controlan las implicaciones sociales y políticas asociadas a la misma», comentaba François Bourguignon, director económico del Banco Mundial.

Los envíos de dinero mundiales registrados oficialmente excedieron los 232.000 millones de dólares en el 2005. De ellos, los países en desarrollo recibieron 167.000 millones de dólares, más del doble de la cantidad de ayuda al desarrollo proveniente de otras fuentes. El informe estima que las remesas enviadas a través de canales informales podrían sumar al menos el 50% de las cantidades oficiales, convirtiéndolas en la fuente más importante de capital externo en muchos países en desarrollo. El informe consideraba que es plausible que, en los próximos años, el flujo de envíos oficiales continúe subiendo entre un 7% y un 8% como se vio durante los años noventa.

Los países que más reciben envíos de dinero son India (21.700 millones de dólares), China (21.300 millones de dólares), México (18.100 millones de dólares), Francia (12.700 millones de dólares) y Filipinas (11.600 millones de dólares). Aquellos, para los que los envíos suman la mayor proporción del producto interior bruto, son Tonga (el 31%), Moldavia (el 27,l%), Lesotho (el 25,8%), Haití (el 24,8%) y Bosnia Herzegovina (22,5%).

En el 2004, estos envíos fueron superiores a las aportaciones de capital público y privado en 36 países en desarrollo. En otros 28 países, fueron superiores a las ganancias de la exportación del producto más importante. En México, por ejemplo, estos envíos son superiores a la inversión extranjera directa, y en Sri Lanka son superiores a las exportaciones de té.

Estados Unidos es el país desde el que más envíos de dinero se hacen, con cerca de 39.000 millones de dólares en remesas al extranjero en el 2004. Pero el flujo de fondos no sólo proviene de los países ricos. Los envíos entre países en desarrollo engloban entre el 30% y el 45% del total. Esto refleja el hecho de que más de la mitad de los emigrantes de países en desarrollo emigran a otros países en desarrollo.

También hay beneficios para los países que reciben a los inmigrantes. La creciente disponibilidad de fuerza laboral retorna al capital y reduce el coste de producción, comentaba el informe. Según un modelo económico desarrollado por el Banco mundial, un aumento de inmigración de los países en desarrollo que fuera suficiente para aumentar un 3% la fuerza laboral en los países del altos ingresos podría subir la renta de la población nativa de estos países de altos ingresos en un 0.4%.

Costes y beneficios

El Banco Mundial explicaba que, durante las dos últimas décadas, han caído de modo significativo las barreras al comercio fronterizo y a las transacciones financieras, facilitando la transferencia de dinero. Al mismo tiempo, a pesar de sus ventajas económicas, la inmigración sigue levantando polémica. Aunque trae beneficios para algunos, puede dar lugar a pérdidas importantes para otros individuos o grupos. Algunos trabajadores pueden ver una erosión en los salarios o el empleo, por ejemplo, debido al creciente número de inmigrantes.

Los inmigrantes también pagan un precio, incluso si logran beneficios económicos. Muchos inmigrantes, explicaba el informe, especialmente los irregulares, sufren explotación y abuso. Luego hay otros costes implicados, en especial los relacionados con los pagos desorbitados a los traficantes. Los miembros de la familia dejados atrás, especialmente los niños, también sufren, mientras, al mismo tiempo, se benefician de los ingresos extra que los inmigrantes envían a sus familias.

Las ganancias pueden ser importantes para las familias que reciben el dinero. El nivel de salario (ajustado al poder adquisitivo) en los países de renta alta son alrededor de cinco veces los de los países de baja renta, para puestos de trabajo similares. De hecho, los inmigrantes pueden ganar salarios que reflejen los precios de un país industrial y gastar el dinero en países en desarrollo, donde los precios de los bienes son mucho más bajos.

Según el informe, no está claro el impacto exacto de los envíos de dinero en el crecimiento de los países en desarrollo. No obstante, las remesas juegan un papel importante en la reducción de la incidencia y severidad de la pobreza. Aumentan los ingresos del recepto, y parecen asociarse con un incremento de las inversiones locales en educación, empresas y salud.

Los niños mexicanos en hogares con inmigrantes completan su educación de forma más significativa, con un mayor impacto para las chicas en hogares donde la madre tiene un nivel educativo bajo. Y una encuesta entre 6.000 pequeñas empresas en 44 áreas urbanas de México muestra que los envíos son responsables de casi el 20% de capital total de las micro-empresas urbanas.

A escala nacional, al generar una corriente constante de ingresos en moneda extranjera, las remesas pueden mejorar la capacidad crediticia de un país para los préstamos externos, ampliando así el acceso al capital y costes más bajos en los préstamos.

Los envíos de dinero pueden también ayudar a erradicar los ciclos económicos del país receptor. Es decir, las remesas pueden aumentar cuando la economía receptora sufre un descenso de actividad o impactos macroeconómicos debidos a una crisis financiera, a un desastre natural o a un conflicto político, porque los inmigrantes pueden enviar más fondos durante los tiempos duros para ayudar a sus familias y amigos.

Además, en algunos países la inmigración poco cualificada puede elevar la demanda de los trabajadores poco cualificados que se quedan. Esto puede llevar a cierta combinación de mayores sueldos, menor desempleo y una mayor participación de la fuerza laboral. Como resultado, continúa el informe, la inmigración puede ofrecer una válvula de seguridad cuando las oportunidades laborales locales son escasas.

No obstante, el Banco Mundial advertía que las políticas a largo plazo de los países en desarrollo deberían apuntar a generar empleo adecuado y un rápido crecimiento, en vez de confiar en la inmigración como una alternativa a las oportunidades de desarrollo.

Perder mano de obra cualificada
La situación es diferente, en el caso de la inmigración, para aquellos con niveles altos de capacitación. También trae beneficios económicos y, cuando los expatriados vuelven, traen consigo importantes conexiones en el extranjero, que pueden mejorar el acceso al capital y a la tecnología, así como contactos para empresas del país de origen.

Pero, en el lado negativo, la salida de gran número de trabajadores preparados puede reducir el crecimiento en el país de origen. Los servicios educativos y sanitarios en los países de origen pueden deteriorarse por la pérdida de personal. Asimismo, el país pierde la inversión en trabajadores preparados a expensas públicas.

El número de emigrantes preparados está aumentado, observaba el informe. El número de inmigrantes de países en desarrollo con una educación alta, que residen en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, se dobló entre 1990 y el año 2000, comparado con un 50% de aumento en el número de inmigrantes de países en desarrollo con sólo la educación primaria.

El informe citaba un estudio de 1999 que estimaba que cerca del 12% de los nacionales de los países en desarrollo prepar
ados en ciencias y tecnología viven en Estados Unidos. Otro estudio, publicado en el 2001, calculaba que al menos el 12% de los doctores preparados en la India viven en el Reino Unido.

El Banco Mundial sugería que los países pueden ayudar a mantener trabajadores clave mejorando las condiciones laborales del empleo público al invertir en investigación y desarrollo, así como dando pasos para facilitar la vuelta de aquello que ya han dejado su país de origen.

El informe apuntaba que se suele obligar a los inmigrantes a pagar altos honorarios al transferir fondos. Los gobiernos podrían incrementar las ventajas para el desarrollo económico de los envíos si mejorasen los servicios financieros para los inmigrantes pobres y sus familias.

Los pasos políticos sugeridos incluyen el proporcionar tarjetas de identificación para los inmigrantes, y facilitar la participación en instituciones de micro crédito y uniones crediticias para proporcionar servicios de envíos de dinero de bajo coste. La condonación de la deuda y la ayuda que suelen recibir se llevan la parte del león en la atención cuando se trata de fondos para los países en desarrollo. Pero los envíos de dinero pueden ser un factor más importantes en muchos países.

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ZENIT Staff

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