CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 5 marzo 2006 (ZENIT.org).- Encontrar el sentido de la existencia exige superar la esclavitud de la mentira, explicó Benedicto XVI en el primer domingo de Cuaresma.
«Para realizar plenamente la propia vida en la libertad es necesario superar la prueba que comporta la misma libertad, es decir, la tentación», aclaró al meditar en el pasaje evangélico en el que Jesús se retiró cuarenta días en el desierto de Judá, donde venció las tentaciones de Satanás.
«Sólo si se libera de la esclavitud de la mentira y del pecado, la persona, gracias a la obediencia de la fe que le abre a la verdad, encuentra el sentido pleno de su existencia y alcanza la paz, el amor y la alegría», añadió.
Escucharon las palabras del Papa, pronunciadas desde la ventana de su estudio, en un mediodía de viento y algo de lluvia, miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano para participar esta tradicional cita dominical.
Por este motivo, el Papa presentó la Cuaresma –el período litúrgico de preparación para la pasión, muerte y resurrección de Jesús– como «un tiempo favorable para una atenta revisión de vida en el recogimiento, en la oración y en la penitencia».
El pontífice concluyó deseando que «la Cuaresma sea para todos los cristianos una ocasión de conversión y de un impulso más valiente hacia la santidad».
El primer Mensaje para la Cuaresma escrito por Benedicto XVI constituye un resumen de su encíclica «Deus caritas est», según explicó a Zenit el secretario del Consejo Pontificio «Cor Unum», monseñor Karel Kasteel, revelando que el Papa escribió este documento en el verano pasado, en el mismo momento en el que escribía su primera encíclica.