GINEBRA, martes, 7 marzo 2006 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha manifestado su apoyo a la nueva Convención sobre el Trabajo Marítimo con el deseo de que garantice los derechos de las personas que viven del mar.
Así lo manifestó el arzobispo Silvano Tomasi, C.S., observador permanente de la Santa Sede ante la sede de Ginebra de las Naciones Unidas, al intervenir en la Conferencia Internacional del Trabajo, que se celebró del 7 al 23 de febrero.
En el encuentro se aprobó con 314 votos a favor, ninguno en contra y cuatro abstenciones, la Convención sobre el Trabajo Marítimo 2006, que coordina y pone al día los 65 documentos internacionales aprobados en los últimos ochenta años.
En su discurso, el prelado reconoció que «la vida en el mar seguirá siendo difícil y peligrosa para los 1.25 millones de marinos», pero confió en que la adopción de esta convención «garantice a las mujeres y hombres del sector la oportunidad de alcanzar un trabajo satisfactorio y productivo, en condiciones de libertad, justicia, seguridad y dignidad humana».
El arzobispo Tomasi recordó en particular la contribución espiritual y humana que ofrecen el Apostolado del Mar de la Iglesia católica y la red ecuménica de organizaciones cristianas (a las que pertenece el Apostolado del Mar), la «International Christian Maritime Association» (ICMA), que cuenta con 526 centros marítimos y 927 capellanías en 126 países.