«Es un honor y una bendición encontrar a uno de los líderes internacionales en el campo humanitario, el jefe de una de las más grandes organizaciones religiosas del mundo, la Iglesia católica», dijo Morris tras el encuentro.
«Todas las grandes religiones mundiales llaman a sus creyentes a socorrer a los pobres y darle de comer a los hambrientos. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) está profundamente agradecido por el trabajo de las organizaciones católicas en el mundo», indicó.
El representante del Programa Mundial de Alimentos agradeció la ayuda que prestan muchas instituciones católicas en la lucha contra el hambre particularmente en África, Asia y América Latina.
El Programa Mundial de Alimentos tiene por objetivo ayudar a las víctimas de las crisis de alimentación y de la pobreza. Se calcula que más de 852 millones de personas en el mundo sufren de hambre, de las cuales cerca de 300 millones son niños.
«Nuestra esperanza es un mundo en el cual los niños puedan crecer y estudiar sin temor al hambre. Debemos unirnos todos los individuos de fe. El sostenimiento espiritual, moral y material de la Iglesia y del Papa Benedicto XVI representan una bendición especial», añadió.
Cada año el PMA ayuda a paliar las necesidades de alimentación de los más pobres, dando apoyo a 90 millones de personas, incluidos 61 millones de niños en al menos 80 países.
En la visita al Vaticano, también estuvieron presentes la esposa de Morris, la subdirectora del organismo de las Naciones Unidas, Sheila Sisulu, y la asistente, Rina Manzo, según señaló un comunicado de prensa.