BAGDAD, miércoles, 29 marzo 2006 (ZENIT.org).- Los cristianos de Irak están abandonando el país, revela el obispo auxiliar de Bagdad, monseñor Andreas Abouna.
A raíz del empeoramiento de la situación de la seguridad desde las elecciones parlamentarias del pasado diciembre, el prelado caldeo explica que la gente vive temiendo por su vida.
En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el obispo Abouna declara: «Los cristianos están desesperados; de ahí que tantos se vayan del país. En sus corazones desean quedarse, pero la situación es tal que prefieren vivir fuera de Irak».
Además, explica: «No hay seguridad. Hay muchos agentes de policía en Irak, sobre todo en la zona de Bagdad; están por todos lados y no dejan de aumentar. El problema es que la calidad de su servicio no se tiene en cuenta. A veces, la gente tiene miedo –más que antes–, porque no se siente segura».
Insistiendo en que los cristianos no sufren más que los demás, el obispo Abouna afirma: «Todavía albergamos esperanzas de que Irak vuelva a resurgir, pero resulta muy difícil con un Gobierno que no puede tomar decisiones. ¿Se imaginan cómo es la vida sin ningún tipo de gobierno real?».
El obispo añade: «Cada vez hay menos cristianos. Cuando echamos un vistazo al interior de las iglesias, nos las encontramos llenas de creyentes, pero fuera de ellas parece que ya no hay cristianos en Irak».
Según las últimas estimaciones, en el país quedan unos 750.000, según Ayuda a la Iglesia Necesitada «un millón menos que antes de la invasión de los aliados».