BOGOTÁ, viernes, 25 agosto 2006 (ZENIT.org).- Desde la Conferencia Episcopal de Colombia se denuncia que el Tribunal Constitucional del país se ha excedido en sus atribuciones al pedir el aborto para una menor de edad, embarazada de su padrastro.
Un comunicado a la opinión pública difundido el jueves desde el episcopado de Colombia aborda el caso de la citada menor -de 11 años, que sufrió los abusos de su padrastro durante cuatro-, vista la amplitud de espacio que estaban dedicando los medios de comunicación al tema.
«No se justifica, bajo ningún punto de vista, el excesivo afán e interés de algunos medios de comunicación y de las mismas autoridades de pedir y señalar el aborto como única solución posible para un caso como éste», dice la nota firmada por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, el arzobispo Luis Augusto Castro Quiroga –de Tunja- y el secretario general del organismo eclesial, el obispo Fabián Marulanda López.
No se ha percibido «el mismo celo ni el mismo interés en reclamar el castigo ejemplar para el violador y para las personas que, conociendo el caso, no lo denunciaron oportunamente a las autoridades», subrayan los prelados.
No ocultan su dolor los obispos colombianos porque se someta a una menor a un aborto. «Es tanto como someterla a una nueva violación», lamentan.
«Se han descartado olímpicamente posibilidades mucho más humanas y más acordes con la condición de una menor de edad», advierten.
Hasta «la misma Corte Constitucional, excediéndose en sus atribuciones, ha pedido y exigido que se opte por el aborto, por el sólo hecho de que ya fue despenalizado en casos de violación», denuncian los prelados.
Un fallo de la Corte Constitucional colombiana despenalizó el pasado mayo el aborto en tres supuestos específicos, entre ellos cuando el embarazo tiene su origen en una violación.
Pero tal fallo «no establece ninguna obligación de abortar –recuerdan los obispos a la opinión pública- ni desconoce el artículo 18» de la Constitución colombiana «que garantiza la libertad de conciencia y establece que nadie será obligado a actuar contra ella».
En la nota hacen un reconocimiento al «valor de los médicos que, invocando la objeción de conciencia, rehusaron inicialmente practicar el aborto y reclamaron la reglamentación que debe acompañar el fallo de la Corte Constitucional».
Y citan la Encíclica «Evangelium Vitae»: «Ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia que va de la concepción al nacimiento» (n. 58).
El aborto se le practicó a la menor en la tarde del jueves.