«La respuesta de Caballeros de Colón al desastre dejado por los huracanes Katrina y Rita ha sido una de las más dramáticas en nuestros 124 años de historia», reconoció hace dos días el Caballero Supremo, Carl Anderson, en un comunicado enviado a Zenit.
A la ayuda antes citada se sumó la de miembros de esta organización en los Estados Unidos y Canadá, quienes reunieron ropa, comida y artículos de primera necesidad para las víctimas de la catástrofe.
Igualmente, Caballeros de Colón proporcionaron ayuda inmediata a las oficinas de «Catholic Charities» («Caritas» federal de los EE. UU.) en Baton Rouge (Louisiana) y Mobile (Alabama), repentinamente saturadas por miles de personas que huían de la tormenta sólo con lo puesto.
Entre sus acciones, asimismo apoyó significativamente la restauración de la educación católica en las zonas afectadas, y 83 de las escuelas católicas de Nueva Orleáns pudieron volver a abrir sus puertas.
Organización católica de familia y servicio fraternal, Caballeros de Colón (www.kofc.org) cuenta con 1,7 millones de miembros en el mundo; el año pasado en conjunto realizaron obras de caridad por un importe de 128 millones de dólares y 62 millones de horas de voluntariado.
En el primer aniversario del desastre del «Katrina» en las costa del Golfo, Anderson reconoció: «Todavía queda mucho por hacer, pero también está claro que la respuesta a la crisis de parte de organizaciones basadas en la fe, tal como Caballeros de Colón, fue el punto luminoso en esta situación tan desastrosa causada por este enorme azote de la naturaleza».
Durante todo un año, «Caritas» federal de los Estados Unidos ha atendido a más de un millón de personas y prosigue en su labor de ayuda «post-Katrina».
Actualmente centra sus esfuerzos en las medidas de reconstrucción a largo plazo de las zonas afectadas por los huracanes.
Han sido miles los trabajadores y voluntarios de la red federal de «Caritas» que han proporcionado a lo largo de estos doce meses a las personas evacuadas ayuda de emergencia, refugio temporal, servicios de empleo y ayuda financiera, además de gestionar las ayudas oficiales confiadas a «Caritas» por el Gobierno federal, explica un comunicado del lunes del organismo católico.
La capacidad económica de la sociedad estadounidense hizo innecesario que «Caritas EE. UU.» lanzara una petición de ayuda exterior a las «Caritas» del conjunto de la red internacional, por lo que sus operaciones humanitarias de asistencia a los damnificados se han financiado a partir de fondos privados y aportaciones federales.
La Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos ha recordado, por su parte, que dos circunscripciones eclesiásticas devastadas por el huracán, Nueva Orleáns (Louisiana) y Biloxi (Mississippi), continúan en estado de necesidad; por ello está en marcha la campaña de donativos «Ayuda a reconstruir la Iglesia, reconstruye la esperanza».