RIMINI, domingo, 27 agosto 2006 (ZENIT.org).- «La familia está en el centro de la realidad humana»; «no hay futuro para las sociedades que desestructuran la familia»: es la advertencia que se oyó en el multitudinario «Meeting» que, como cada año, se ha celebrado estos días en la ciudad italiana de Rímini por iniciativa de «Comunión y Liberación».

Lanzaron el martes la voz de alarma Luisa Santolini, presidenta de la Fundación de Subiaco por la Vida y la Familia, y Eugenia Roccella, periodista y escritora, ex dirigente del Movimiento de Liberación de la Mujer

Fue durante la presentación del libro «Creati per amare» («Creados para amar») de Ediciones Cantagalli, escrito por el cardenal Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia.

Eugenia Roccella subrayó que «entre la Iglesia y las mujeres se ha dado siempre una cierta cercanía, por la centralidad que, dentro de la Iglesia, tienen la persona y la experiencia del amor ligada a la maternidad».

Según la escritora, en esta fase histórica «familia, amor y maternidad son conceptos voluntariamente excluidos del espacio público, se está difundiendo una concepción del individuo autosuficiente y masculina que excluye cualquier otra». En concreto se excluye a «la mujer con la experiencia de la maternidad, a la infancia y a los ancianos».

Siguiendo este tipo de cultura -añadió Roccella- «la ONU y Europa están eliminando palabras como madre, padre, familia, de todos los documentos oficiales» y «favorecen, también financieramente, un lenguaje denominado "neutral"».

Por su parte Luisa Santolini recordó que «la familia es una cuestión antropológica, cultural y social» y que nos encontramos frente a «un desafío crucial y definitivo».

La presidenta de la Fundación de Subiaco para la Vida y Familia constató que para el cardenal Caffarra, igual que para el Magisterio de la Iglesia, la familia es «un hecho natural, y, junto a la religión y la administración de justicia, lo que define el paso del reino animal al humano».

Frente a los desafíos modernos, Santolini alertó de que «es precisamente esto lo que se trata de eliminar, reduciendo fe y familia a hechos privados y relativos».

Según la senadora Santolini, el libro del arzobispo de Bolonia habla de una perspectiva cristiana fundada en la educación y definida como «la empresa mayor y más bella que exista». Por esto «estamos llamados a testimoniar la sacralidad de la vida y del embrión y la naturalidad de la familia», añadió.