LONDRES, miércoles, 4 octubre 2006 (ZENIT.org).- La Iglesia «oficial» (controlada por el Estado) en China está casi totalmente reconciliada con Roma, pese a la larga serie de abusos que Pekín ha estado infligiendo a los católicos chinos, confirma el cardenal Joseph Zen Ze-kiun.
De la realidad eclesial china aprovechó para hablar el purpurado, obispo de Hong Kong, en la catedral de Westminster, durante el acto anual que organizó la filial británica de la Asociación internacional católica «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN).
El Gobierno chino permite la práctica religiosa en su país sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP) –cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede-.
De ahí que afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» o «patriótica» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».
Según dijo el cardenal Zen en Westminster, el hecho de que un 85% de los obispos de la Iglesia «oficial» cuente con la aprobación de Roma demuestra que han prevalecido la resistencia y determinación pacífica de los católicos de alcanzar la comunión plena con Roma.
Afirma que los obispos de la Iglesia «oficial» «no aceptarán la ordenación sin el visto bueno de la Santa Sede, y el Gobierno no puede hacer nada contra ello», cita un comunicado de AIN enviado este miércoles a Zenit.
Y es que, cuando Roma nombra a un obispo, la Iglesia «oficial» realiza todo el ritual administrativo para elegirlo oficialmente, a fin de que el Gobierno no pueda oponerse a la decisión, explicó el purpurado.
Aseguró además que incluso la reciente ordenación de dos obispos sin la aprobación de Roma (Zenit, 4 mayo 2006) no influirá en el deseo de dialogar, pues los obispos en cuestión han buscado el perdón del Papa Benedicto XVI .
Incluso la opresión ha fortalecido la unión de la Iglesia, añadió el cardenal Zen, alertando a la vez de que, en algunos sentidos, la situación ha empeorado en los últimos tiempos.
«En China hay persecución, pero no sólo de la denominada Iglesia “clandestina”, sino también de la Iglesia “oficial”», confirmó.
«Desde un punto de vista global, dicha persecución resulta increíble. Ciertamente, vemos que hay muchas iglesias abiertas para el culto y que los seminarios están llenos, pero no entendemos el control que ejerce el Gobierno», admitió.
Y pide a las autoridades chinas que relajen el control sobre la Iglesia.
«Si el Gobierno entendiera el papel de la Iglesia, se daría cuenta de que no tiene nada que temer. Debe saber que la religión puede contribuir a la educación, al desarrollo económico y al progreso de China», explicó.
Y mostró su agradecimiento a los benefactores de AIN. «Estáis animando al pueblo chino a ser creyente, pero el pueblo chino también nos anima a nosotros a ello. Cuando pensamos en nuestros hermanos y hermanas que sufren, deberíamos sentir gratitud, pues ¿cuánto hemos tenido que sufrir nosotros por nuestra fe?», concluyó.
Web de «Ayuda a la Iglesia Necesitada»: http://kirche-in-not.org