RIGA, lunes, 30 octubre 2006 (ZENIT.org).- Los primeros carmelitas en una nueva experiencia misionera de la Orden llegaron el pasado 7 de septiembre a Letonia, una de las tres repúblicas bálticas con la intención de establecerse en Riga, la capital. Se ha iniciado también la construcción de un monasterio para monjas carmelitas en Iksile.
Con sus 64.598 kilómetros cuadrados, este pequeño país no llega a la extensión de la isla de Irlanda. Es un espacio territorial suficiente para sus 2.300.000 habitantes.
Los pioneros carmelitas son el padre Alejandro Salazar, de la provincia de Colombia y el padre Jaroslaw Nenza, de la provincia de Cracovia.
Actualmente viven en una escuela católica y su primera tarea es la de aprender la lengua local. La Iglesia de Letonia, según afirman, les ha acogido y les dará una tarea pastoral. En este breve tiempo, los dos carmelitas logran ya celebrar la misa en letón.
Dentro de unas semanas, se les unirá un tercer miembro de la nueva fundación, el padre Víctor Hurtado, de la provincia de México, que está terminando su licenciatura en Espiritualidad en la Facultad Teológica Teresianum de Roma.
En la zona de Iksile, en la periferia de Riga, se está construyendo el monasterio de las carmelitas, que se acabará el año próximo. El 16 de julio pasado el cardenal Janis Pujats bendijo la primera piedra de la construcción de 18 celdas y habitaciones para personas que quieran vivir días de oración y retiro a la sombra del Carmelo.
En Letonia hay ya un prometedor grupo del Carmelo Secular, de veinte miembros, que ha promovido y puesto en marcha la presencia carmelita en el país. El actual «Foro cristiano pro Diálogo y Religión Edith Stein» podría pasar a la responsabilidad de los carmelitas. Dirigido actualmente por Inga Reinvalde, presidenta del Carmelo Seglar en Riga, el Foro representa ya una frecuente voz carmelitana. Reinvalde estudió en el Instituto Internacional Teresiano-Sanjuanista de Ávila.
Períodos negros de la historia reciente de Letonia son la invasión nazi por el el acuerdo del 23 de agosto de 1939 entre Molotov y Ribbentrop (Stalin-Hitler) y la subsiguiente anexión rusa.
El 21 de agosto de 1991 sonó la hora de la libertad conquistada. Las primeras elecciones parlamentarias tuvieron lugar en 1993. Un año más tarde el último contingente ruso abandonó el país.
Con el renacimiento de la libertad se acentuó el movimiento hacia Europa. El 1 de mayo del 2004 Letonia fue admitida en la Unión Europea. El país vive una euforia razonable, ha realizado un admirable esfuerzo de reconstrucción. Pero es consciente de encontrarse frente a fuertes desafíos que ha traído la nueva era con problemas de reajuste económico.
El padre Dámaso Zuazua, carmelita, que visitó el país recientemente, describe la situación de la Iglesia: «El seminario metropolitano, convertido en instituto superior de teología y en instituto catequético, es mi cuartel general en los días que permanezco en Riga. No podía tener un asiento más afortunado para conocer mejor la situación de la iglesia. Convivo con los 36 seminaristas mayores y con sus profesores».
En su intercambio con los seminaristas y otros componentes de la Iglesia local, el padre Zuaza constata que «sienten una gran necesidad de apertura a la universalidad de la Iglesia. Reconocen que la Iglesia de Letonia ha llegado al momento de comenzar a dar, sin contentarse con recibir, como hasta ahora desde la fecha de la libertad adquirida. La Iglesia en Riga está afrontando la reconstrucción material y moral de cinco decenios de postergación, de confinamiento por el régimen comunista. En los 14 años de libertad ha construido más de 30 lugares nuevos de culto. Un clero joven y entusiasta es su riqueza prometedora».
El padre Zuaza llegó al país para «conocer la realidad y las perspectivas carmelitanas». Averiguar «si alguno de los 13 conventos con que contó la Provincia de San Casimiro de Lituania desde su fundación en 1734 cuadra con la geografía de la Letonia actual».
Las esporádicas vocaciones al Carmelo en tiempos recientes se han orientado hacia Bélgica, Alemania, Polonia.
Al recuerdo histórico evangelizador del lugar se añade el gran interés ecuménico que ha despertado el Carmelo en la comunidad luterana, relata el padre Zuaza, «que invita a las carmelitas a que construyan la primera iglesia católica del lugar». Hay esperanza fundada, añade, de la llegada vocaciones nativas. Por el momento, el Carmelo será la única presencia contemplativa del país.
Será una nueva presencia misionera de la Orden, abierta a las carmelitas de cualquier país que quieran asociarse a esta empresa misionera.
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Oct 30, 2006 00:00