La Abadía de Santo Domingo de Silos, premio de la Latinidad

«El canto gregoriano no espera aplausos, es música del alma y de la inteligencia»

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BURGOS, miércoles, 8 noviembre 2006 (ZENIT.orgVeritas).- El académico Juan Carlos Elorza, director del Museo de Burgos, fue el encargado de pronunciar el pasado lunes, 6 de octubre, la «laudatio» a la Abadía de Santo Domingo de Silos, durante la concesión del «Premio de la Latinidad España», concedido por la Unión Latina a la Abadía, por su «su labor en la conservación y difusión del Canto Gregoriano»

Según la motivación oficial, constituye «sin duda alguna uno de los monumentos culturales más importantes de la latinidad y base y fundamento de gran parte de la música occidental».

Según recoge la agencia Veritas, Elorza destacó que la Abadía de Santo Domingo de Silos ha sido «a lo largo de más de doce siglos ejemplo señero de la obra de San Benito».

Citando al profesor Luis Suárez Fernández aseguró que «sin el benedictismo, es decir, sin la estela dejada por San Benito, hoy sería absolutamente imposible hacerse una idea cabal de lo que positivamente Europa es y representa y esa Europa que empieza a cuajar como tal entre los siglos VI y VII no es otra cosa que lo que posteriormente se dio en llamar la cristiandad».

Asimismo, Elorza hizo suya la idea de Suárez acerca del mensaje de «libertad, obediencia, dignificación del trabajo, estudio y oración», que san Benito lanzó a Europa «en esos primeros siglos dominados por una sociedad bárbara y guerrera».

El académico subrayó la importancia que la Abadía de Silos ha concedido al tema del estudio a través de la «escritura y la lectura» como actividades «íntimamente ligadas a su vida»; pero sobre todo, el pilar de la oración, según la indicación de san Benito.

«Para san Benito y para los benedictinos la oración del Oficio goza de una posición de privilegio. Se lee en el capitulo 43 de la Regla: «en el instante en que se oyere la señal para el Oficio Divino, dejando lo que tuvieren entre manos, acudirán a él con toda presteza, pero con gravedad para no dar lugar a la desenvoltura”», recordó Elorza.

En este contexto, añadió que «el Oficio Divino para los benedictinos es fundamentalmente un canto de alabanza al Señor, y en esta casa siempre fue así. Desde el siglo VII al siglo XI se uso el canto mozárabe y desde entonces, con sus altibajos en la concepción y en la interpretación, el canto gregoriano».

Luego, Elorza dijo con palabras del padre Bernardo García Pintado, monje de esta Abadía, que la razón más profunda del canto gregoriano, «radica en que es el canto propio de la Iglesia, es un canto sagrado, sagrado por su misma naturaleza y porque esta destinado al Culto Divino».

«El canto gregoriano ha nacido de la oración y para la oración. No es música de pasatiempo creada con la preocupación de exhibicionismo o de concierto. Esta música no espera aplausos. Es música del alma y de la inteligencia», continuaba La cita del padre García Pintado referida por Elorza.

En este sentido, el académico destacó a «los sucesivos maestros de coro que han dirigido la alabanza al Señor en la iglesia de esta Abadía y han enseñado ese modo de hacer oración por otros muchos centros y lugares ajenos al Monasterio, haciendo realidad lo que dice san Bernardo «que el canto no vacíe el significado de la letra sino que la llene de vida».

Finalmente, Elorza hizo un recorrido por las diferentes etapas de la Abadía de Santo Domingo de Silos, para admitir su mérito ante cambios «tan profundos como necesarios, y entre todos ellos, el más trascendente del Concilio Vaticano II» y ante «crisis de valores, crisis de principios, crisis de identidades y naturalmente también crisis de vocaciones»,

«Los monjes de la Abadía de Santo Domingo de Silos «han sido fieles, o mejor, se han esforzado en seguir siendo fieles a su vocación y a su gloriosa historia y han conseguido que esta casa siga siendo antes que nada un lugar de oración y de espiritualidad, un lugar de trabajo y de servicio a la cultura, un lugar de acogida y de solidaridad para las personas que llaman a su puerta», subrayó.

Las últimas palabras de la «laudatio» de Juan Carlos Elorza fueron para el «querido padre abad y la querida comunidad», a los que dio su «felicitación por este nuevo galardón que se suma a muchos otros y que viene a reconocer vuestra dedicación y vuestra fidelidad al ideal benedictino».

«Como cristiano y como europeo no dudo que San Benito, patrón de Europa, verá complacido que seguís siendo ante todo monjes, es decir, cristianos con una identidad bien precisa», concluyó.

La Unión Latina es una organización intergubernamental formada por 37 Estados. Fue fundada en 1954 por el Convenio de Madrid para promover y difundir la herencia cultural y las identidades del mundo latino. Está presente en cuatro continentes.

Otorga anualmente el Premio de la Latinidad de España a las personalidades o instituciones que se hayan destacado «por su obra científica, artística, política, literaria, cultural o administrativa al servicio de la promoción y consolidación de los valores que cimientan los fundamentos de la herencia común de los pueblos latinos».

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ZENIT Staff

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