MADRID, miércoles, 29 noviembre 2006 (ZENIT.org–Veritas).- El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), padre Juan Antonio Martínez Camino, presentó este miércoles en rueda de prensa la versión definitiva de la Instrucción Pastoral de la última Asamblea Plenaria, «Orientaciones morales ante la situación actual de España», y comentó a petición de los periodistas algunos aspectos concretos.
En el contexto del «laicismo», que el documento de la CEE aborda ampliamente, Martínez Camino hizo una breve referencia a un tema de actualidad, como es el de la presencia pública de signos religiosos, que la Instrucción aborda explícitamente en el punto 64.
El secretario de la CEE explicó que la Iglesia reconoce que el Estado es aconfesional, y que los obispos dicen en España lo mismo que el Papa Benedicto XVI recuerda estos días en Turquía: que un Estado laico debe garantizar la libertad religiosa de sus ciudadanos.
Martínez Camino distinguió entre un «estado aconfesional» y una «sociedad aconfesional», porque en la sociedad se profesan distintos credos y los ciudadanos deben «poder expresarlos».
«Has posturas que resultan forzadas, artificiales y hasta ridículas, como negar la Navidad», dijo el portavoz en clara referencia a la noticia que ha saltado estos días a los medios, sobre un colegio público de Zaragoza que ha decidido suspender los tradicionales festejos navideños.
En este contexto, Martínez Camino explicó que la bondad del Estado laico que el Papa alaba en Turquía, no tiene nada que ver con el laicismo beligerante»; y precisó que «el Estado no cree ni tiene fe, es neutral».
Estado laico significa que se reconoce la autonomía de la realidad terrestre, pero el laicismo «va más allá» cuando tiene la «pretensión de excluir la Religión de la vida pública» y de construir un «ámbito sin Dios», ejerciendo de esta forma una «violencia» contra el propio ser humano.
Aunque el portavoz reconoció que se trata de un «fenómeno antiguo», la novedad del laicismo, es que en expresión del Papa Benedicto XVI, se produce ahora como una «fuerte oleada», que pretende excluir la Religión de la vida pública reduciéndola a una mera opción privada, algo «inaceptable», según comentó Martínez Camino.
Por otra parte, y respecto a los ejemplos que la Instrucción recoge sobre violaciones de la legislación actual a la Ley natural («matrimonio» homosexual, ideología de género, divorcio exprés, aborto, investigación con embriones), el portavoz se detuvo en la asignatura Educación para la Ciudadanía, en cuanto «riesgo» de intromisión del Estado en la educación moral de los alumnos.
«Los gobernantes no pueden imponer convicciones morales y religiosas en la programación de la enseñanza; por eso si la enseñanza de la Religión es optativa no se entiende que haya una asignatura obligatoria que entre en cuestiones morales» en contradicción con el derechos de los padres a dar esta educación a sus hijos.
El texto íntegro de la Instrucción puede leerse en la página web de la Conferencia Episcopal Española, http://www.conferenciaepiscopal.es