EFESO, miércoles, 29, noviembre 2006 (ZENIT.org).- Una marcada connotación mariológica y eclesial ha caracterizado la celebración de la Eucaristía que ha presidido Benedicto XVI en Éfeso (Turquía).
Y es que allí se encuentra el santuario mariano nacional de Meryen Aria Evi o Casa de la Madre María.
En la ciudad turca, donde se celebró el Concilio del año 431 que proclamó la maternidad divina de María, vivió durante cierto tiempo –según una tradición piadosa– la Virgen con el Apóstol Juan.
El santuario –explica la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice– es punto de encuentro y de oración para cristianos y musulmanes que reconocen en María a la madre siempre virgen de Jesús elegida por Dios para el bien de la humanidad.
Pastoral, ecuménico y contexto de diálogo interreligioso: son los tres aspectos que caracterizan el viaje apostólico que Benedicto XVI está realizando en Turquía.
En el marco pastoral, el itinerario papal contempla a la Iglesia católica del país en sus diversas expresiones rituales (latina, armeno catolica, siro católica, caldea). Ésta constituye una pequeña minoría en el interior de un ámbito musulmán en su mayoría sunní.
Como explica un comunicado del arzobispo Piero Marini –al frente de la citada Oficina-, «en el presente momento histórico, que ha visto la aparición y afirmación de formas de intolerancia religiosa, el Papa Benedicto XVI, mediante el anuncio de la Palabra y la celebración de los Sacramentos, acude a confirmar a la comunidad católica de Turquía en la fidelidad a Cristo y en la esperanza en Él».
En este sentido, el programa del viaje papal incluye dos celebraciones eucarísticas con los fieles católicos de Turquía; la primera de ellas ha tenido lugar en Éfeso.
El libro litúrgico que ha preparado la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice para estos encuentros con las comunidades católicas apunta la marcada connotación mariológica y eclesial de la celebración eucarística junto a la Casa de la Madre María.
El formulario de la Misa fue el propio de la Santísima Virgen María. Los textos y las lecturas bíblicas en particular han subrayado el misterio de la maternidad de María en referencia a su presencia, junto al Apóstol Juan, bajo la Cruz del Señor.
Y es que las palabras de Jesús en la Cruz: «Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu Madre» (Jn 19,26-27) las acogió la Iglesia como un testamento especial en el que Cristo confiaba a la Virgen María a todos los discípulos como hijos, y a los discípulos les entregaba a su Madre.
En la celebración se utilizaron, además del latín, el turco, el italiano, el francés, el inglés y el alemán.
La segunda celebración eucarística presidida por el Papa tendrá lugar el 1 de diciembre en Estambul, en la Iglesia catedral del Espíritu Santo.