CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 1 diciembre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha manifestado públicamente su dolor al recibir la noticia del tifón que en la noche del jueves 30 de noviembre al viernes 1 de diciembre ha acabado con la vida de unas 400 personas en Filipinas.
Un telegrama enviado en nombre del Papa por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, al nuncio apostólico de Filipinas, el arzobispo Fernando Filoni, «asegura a todos los afectados su cercanía en la oración, encomienda a los fallecidos al amor misericordioso de Dios Todopoderoso e invoca sobre las familias en luto y todos los heridos la fortaleza y el consuelo divinos».
Según explica el mensaje, «Su Santidad reza por los que se prodigan en las labores de rescate y los que proveen asistencia a las víctimas de este desastre, animándoles a perseverar en sus esfuerzos por proporcionar alivio y asistencia».
La Cruz Roja de Filipinas calculó este viernes que las víctimas mortales por el tifón «Durian» en el país alcanzará las 400 personas, después de que fuertes vientos y lluvias lanzaron toneladas de barro y rocas del tamaño de vehículos contra algunas aldeas.
