ROMA, miércoles, 6, diciembre 2006 (ZENIT.org).- Con expectación aguardan israelíes y católicos la celebración, en diciembre y el próximo enero, de algunos encuentros de la Comisión bilateral permanente Israel-Santa Sede encaminados a la regulación de cuestiones clave en la relación Iglesia y
Estado.
El 27 de noviembre una delegación del gobierno israelí visitó la Santa
Sede para renovar su invitación a Benedicto XVI para que viaje a Israel y para establecer una agenda de negociaciones.
El representante israelí Aaron Abramovich explicó posteriormente que se habían establecido dos encuentros para superar las actuales divergencias en la aplicación del Acuerdo Fundamental entre la Santa Sede y el Estado de Israel.
El primer encuentro, este mes, será entre expertos del Vaticano y de
Israel; el segundo se celebrará en enero a nivel de interlocutores con rango de ministros.
El 30 de diciembre 1993 se firmó el Acuerdo Fundamental entre la Santa
Sede y el Estado de Israel; se establecieron así relaciones diplomáticas entre ambas partes.
Siguiendo tal Acuerdo, el 10 de noviembre de 1997 la Santa Sede e Israel firmaron un segundo y significativo tratado con el que el Estado de Israel reconoció la personalidad jurídica de la Iglesia y de todos sus organismos.
Ambos Acuerdos fueron ratificados y entraron en vigor sobre la base de un plano internacional, respectivamente el 10 de marzo de 1994 y el 3 de febrero de 1999.
Pero hasta la fecha ningún acuerdo se ha convertido aún en Ley del Estado de Israel, a pesar de los años transcurridos.
Jurista y experto en temas de Oriente Medio, el padre David Jaeger aludió –en los micrófonos de «Radio Vaticana»- a las próximas dos reuniones, de las que espera que «se pueda llegar al tan suspirado acuerdo», «porque las negociaciones están en marcha desde el 11 de marzo de 1999 y tienen como finalidad regular cuestiones importantísimas para la vida de la Iglesia y las relaciones entre Iglesia y Estado».
De por sí «las relaciones son amistosas», pero «con la reanudación de las negociaciones es evidente para todos que las relaciones se encontrarán en un estado mejor -comentó-. Creo que todos, tanto israelíes como católicos, están ahora ansiosos a fin de que estas relaciones lleguen a tener una estabilidad afable, que la conclusión de los acuerdos podrá darles».
«Ante todo -advierte- se debería llegar al acuerdo que ahora se está negociando, cuya intención es asegurar a la Iglesia la propiedad de los Santos Lugares que le pertenecen, y confirmar las exenciones fiscales, reconocidas también por el Derecho Internacional».
«La Iglesia obtendría así seguridad jurídica y económica, y a la vez se eliminarían prácticamente todas o casi todas las eventuales causas de roce o de incomprensión con la sociedad civil», de ahí que para el padre Jaeger este punto sea prioritario.
En cuanto a la cuestión, pendiente desde hace años, «del estatuto legal del Acuerdo Fundamental de 1993» -que «resulta que no ha obtenido aún efectos legales en Israel»-, «se necesita una ley de aplicación», recalca el franciscano.