El Papa alienta a los católicos de los Grandes Lagos a la participación en la vida pública

Es expresión de caridad fraterna, explica

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CIUDAD DEL VATICANO/NAIROBI, martes, 19 diciembre 2006 (ZENIT.org).- En el marco de pacificación y reconstrucción de la región africana de los Grandes Lagos, Benedicto XVI anima a la comunidad católica a involucrarse responsablemente en la vida pública como expresión de caridad fraterna.

Con un mensaje –difundido este martes por la Santa Sede, está firmado por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Papa-, el Santo Padre se hizo presente en la segunda cumbre de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos.

Nairobi (Kenia) fue el escenario, el 14 y 15 de diciembre, de esta gran cita en la que tomaron parte los jefes de Estado y de Gobierno de once países de la región –Angola, Burundi, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República del Congo, Kenia, Ruanda, Sudán, Tanzania, Uganda y Zambia-, así como los de otros Estados limítrofes y asociados, como Botswana, Egipto, Etiopía, Malawi, Mozambique, Namibia y Zimbabwe.

Igualmente participó la Santa Sede, con una delegación encabezada por monseñor Luigi Travaglino –nuncio apostólico-, en calidad de enviado especial, y formada por monseñor Alain Paul Lebeaupin, nuncio apostólico en Kenia, jefe adjunto de la delegación, y por el padre Julien Kaboré, secretario de dicha representación pontificia.

Dos años atrás, en la primera cumbre, se dio un “paso importante” con la firma de la “Declaración de Paz, Estabilidad, Democracia y Desarrollo” en Dar-es-Salaam, recuerda el mensaje del Papa al presidente de la República de Kenia -y presidente de turno de la Conferencia sobre la Región de los Grandes Lagos-, Mwai Kibaki.

Los presentes en la reciente Conferencia son conscientes de que se ha invertido tiempo, energía y recursos preciosos en conflictos armados, que han dejado a su paso “amplia devastación”; “innumerables personas de la región de los Grandes Lagos han sufrido demasiado y durante demasiado tiempo”, lamenta Benedicto XVI.

De ahí que, en su opinión, esta cumbre esté llamada a ocuparse nuevamente del desafío de una paz duradera con la firma y el cumplimiento del “Pacto de Seguridad, Estabilidad y Desarrollo”.

Cuatro aspectos –recuerda la misiva del cardenal Bertone- prevé este plan: paz y seguridad, democracia y buen gobierno, desarrollo económico e integración regional, y promoción social y humana.

Estos están “entretejidos” de manera que “ninguno de estos logros humanos puede subsistir, de forma duradera y genuina, sin el apoyo de los otros”, y además “requerirán de todos los implicados –autoridades y ciudadanos- generosidad, valor y perseverancia”, señala el mensaje del Papa.

Igualmente recuerda que la Iglesia Católica da gran importancia a los valores englobados en estos propósitos, y que durante muchos años ha dedicado su incansable compromiso a ellos.

“Su Santidad confía en que la Comunidad católica continuará haciéndolo así con generoso ardor –dice el purpurado en sus líneas en nombre del Papa-, en cooperación con miembros de otros credos religiosos y todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.

“Al comprometerse responsablemente en la vida pública, aportan una clara expresión de una particular forma de caridad fraterna”, sigue.

Igualmente alienta el Papa a todas las delegaciones presentes en la Conferencia a “asumir con valor su responsabilidad histórica” y a adoptar “medidas concretas que rechacen decididamente cualquier recurso a la violencia”, impulsando “la única alternativa razonable y humana a la guerra: la negociación y el diálogo”.

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ZENIT Staff

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