Cuando la bioética queda sometida al poder del dinero o a la ideología

Entrevista al profesor Francisco José Ballesta Ballester

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ROMA, viernes, 22 diciembre 2006 (ZENIT.org).- Un profesor ha analizado las decisiones del Congreso de Diputados español sobre fecundación in vitro y inseminación artificial llegando a la conclusión que se trata de una «bioética que no es ética».

Francisco José Ballesta Ballester, L.C, en su estudio «La comisión especial de estudio de la fecundación in vitro y la inseminación artificial humanas del congreso de los Diputados de España. Una bioética que no es ética», publicado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma 2006), estudia el caso español y concluye que la «tecnocracia» está «alterando» la ética.

El padre Ballesta Ballester, doctor en bioética por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum es también Licenciado en medicina y cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y tiene una Maestría en Educación por la Universidad Anáhuac (México).

En la actualidad es profesor de la facultad de bioética del Ateneo Pontifico «Regina Apostolorum» de Roma.

–La conclusión de su estudio es que la ideología tecnocrática está alterando gravemente los parámetros éticos de los legisladores y de la población en general. ¿En qué lo percibe?

–Ballesta: El estudio detallado de lo que sucede en los trabajos de este tipo de comisiones saca a la luz la presión que el sector tecnocrático ejerce sobre los legisladores para obtener leyes favorecedoras y protectoras de su actividad.

–¿Nos puede señalar algún ejemplo concreto?

–Ballesta: En el caso español, como botón de muestra, le puedo decir que en una de las reuniones de la Comisión, uno de los científicos, el doctor Santiago Dexeus, se expresaba así: «Nosotros dijimos desde el comienzo que deseábamos algo legal, y hemos sido promotores de esta reunión, a través de nuestros contactos políticos». Esto significa que el trasfondo de toda la Comisión está en la necesidad de garantías que sienten los científicos. Esta necesidad les lleva a poner en movimiento a los políticos y a meterse en primera persona en el trabajo normativo. La tecnocracia en su más pura expresión.

Finalizados los trabajos de la comisión, otro de los científicos convocados, el doctor José María Guerra, en carta al presidente de la misma, doctor Marcelo Palacios, se expresaba así: «Rogamos a su señoría a que inste para que se legalicen lo más rápidamente posible las conclusiones de los estudios de esta Comisión…», coincidentes en todo con lo que los mismos científicos habían propuesto.

Cómo sentían esta presión los representantes del mundo del derecho nos lo muestran algunas expresiones de Vicente Montes en una reunión de más confianza, tenida por los juristas convocados, al margen de la Comisión: «… ya os digo que todo son dudas y problemas; en todo caso, los juristas tendremos que decir algo respecto de qué significa ese blastocisto antes y después de un plazo señalado para su desarrollo y, sobre todo, cuándo las condiciones de viabilidad permitan o no manipular; o habrá que prohibir la manipulación totalmente o a partir de un cierto plazo; parece peligroso jugar con embriones humanos, sea cual sea la finalidad que se proponga».

–Su tesis indica algunos factores que influyen en el desarrollo de las legislaciones en materia de bioética ¿Cuáles serían los más importantes?

–Ballesta: Atendiendo a lo sucedido en esa Comisión, y a los desarrollos legislativos posteriores sobre el tema en España (1988, 2003, 2005 y 2006) es evidente que el trato legal dado a las técnicas de reproducción asistida y derivados depende, por lo menos, de dos factores:

–El primero es el grado de empuje, de poder, del sector tecnócrata (científicos) y su capacidad de influir en el mundo del Derecho, hasta conseguir legislaciones favorables.

–El segundo factor es la inclinación más o menos progresista de los gobiernos.

Cuando esta tendencia es grande, surge, como se ve claramente en el caso de España, una fuerte alianza entre el legislador progresista y el científico tecnócrata.

<b>–¿Qué consecuencias tiene esto para el carácter ético de las legislaciones?

–Ballesta: Así las cosas, con esa fuerte alianza entre tecnocracia y mayoría política liberal, el proceso de legitimación, de las prácticas de que se trate, es prácticamente imparable.

La búsqueda de argumentos lógicos es algo secundario, el proyecto avanza, a pesar de ser contradictorio o ambiguo en los razonamientos a favor, ignorando las argumentaciones en contra y recurriendo a cualquier tipo de manipulación que pueda otorgar una apariencia de racionalidad a lo que se pretende.

El único límite es el que esta misma alianza se impone a sí misma, en función de la conveniencia del momento, de la sensibilidad social, etc.

Estamos ante una bioética que no es ética simplemente en su modo de proceder.

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ZENIT Staff

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