ROMA, domingo, 17 diciembre 2006 (ZENIT.org).- La editorial «El Arca» (México) ha publicado el libro «Joseph Ratzinger. Personas e ideas de una vida», de Jesús Villagrasa, sacerdote legionario de Cristo y profesor de filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma.
El prefacio ha sido escrito por el obispo Josef Clemens, actual secretario del Pontificio Consejo para los laicos y, de 1984 al 2003, secretario particular del cardenal Joseph Ratzinger, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En él reconoce que es «difícil abrirse camino a través de tantos libros científicos, ensayos, libros-entrevista y colecciones de homilías [de Joseph Ratzinger]. Por ello se agradece cualquier subsidio que se proponga presentarnos una visión sintética de su vida y pensamiento».
Según el cercano colaborador de Ratziger, en esta obra el padre Villagrasa «se ha sometido a tal esfuerzo y se lo agradezco sinceramente».
Con claridad y rigor el autor pone al alcance de los lectores la vida y la interioridad de Joseph Ratzinger. Algunas líneas entresacadas de la Introducción ofrecen las claves de esta obra.
El título sugiere que la vida de Joseph Ratzinger «no está poblada de libros, sino de personas». Sus ideas más personales han ido madurando «en el encuentro y diálogo con las personas que la Providencia va poniendo en su vida».
«Conocer y dar a conocer a Joseph Ratzinger --dice el padre Villagrasa-- es, a la vez, tarea fácil y difícil. Fácil, porque no se oculta».
En su autobiografía «Mi vida. Recuerdos 1927-1977» y en el libro-entrevista «La sal de la tierra» ha contado buena parte de su vida, con los pensamientos y sentimientos que la han acompañado.
Difícil, sin embargo, porque al contárnosla va leyendo «en profundidad los grandes movimientos culturales de una época, los casi imperceptibles cambios en el pensamiento de los autores y las motivaciones interiores de sus decisiones personales».
Su alma, además, es como un «profundo mar transparente» en el que no se ve fondo.
«Ratzinger es un teólogo riguroso, profundo y prolífico. Algunas de sus obras parecen reservadas a los teólogos de profesión. Él viene en nuestra ayuda, porque su caridad intelectual le ha sugerido la divulgación de las grandes cuestiones teológicas del siglo XX. Para ello ha recurrido al género literario que mejor se presta para este fin; la entrevista. Y ni en las obras científicas ni en las divulgativas se le podrá reprochar ausencia de rigor».
La biografía de Joseph Ratzinger es una ventana abierta a un gran valle en el que aparecen la Iglesia y la teología del siglo XX. Es un testigo excepcional: «conocedor de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, eminente teólogo en los años de la renovación teológica preconciliar y en los trabajos del Concilio Vaticano II; testigo, en medio del ciclón, de la revolución estudiantil del 68 y de los abusos postconciliares; obispo de la Iglesia en Alemania, responsable del principal dicasterio de la Curia romana y estrecho colaborador de Juan Pablo II, Ratzinger resume en su persona la complejidad y la riqueza de la Iglesia católica y de su misión».
El primer capítulo, «Identidad y continuidad», delinea «los rasgos más personales e íntimos de Joseph Ratzinger: sus convicciones, amores y propósitos».
El resto del libro repasa las variadas estaciones, circunstancias y misiones de su vida. acompañando cada etapa con algunos temas principales: la liturgia, en la infancia; la relación entre Sagrada Escritura e Iglesia, en los años de su formación teológica; la naturaleza de la Iglesia, en el periodo conciliar, etc.
Abundan los textos en que Ratzinger habla en primera persona porque, dice el padre Villagrasa, nos asomamos al santuario interior de un hombre que ha abierto su alma. Joseph Ratzinger «hombre de fe, ha sabido leer el misterio de su vida, los rasgos de la obra de Dios en su espíritu, los senderos de la Providencia en su historia personal. Y nos los ha comunicado».
«La Providencia ha preparado durante décadas un don para su Iglesia --considera el autor--: Benedicto XVI. Él mismo, contándonos su vida, nos permite descubrir esa mano providente».
«Nos acercamos, por tanto, al misterio de esta vida y de este don con la reverencia de quien sabe que pisa terreno sagrado y entra en una intimidad personal habitada por la gracia. No me hubiera atrevido a entrar, si el protagonista de esta historia no hubiera abierto antes la puerta de su alma».
«Renuncio, por tanto --confiesa Villagrasa--, a elucubraciones ajenas a lo que Ratzinger ha dicho de sí mismo. Pido comprensión si en algún momento sus citas son abundantes y amplias. No hacerlo me hubiera parecido una ingratitud a quien no ha querido ocultar ni reservar la obra de Dios en su espíritu, ni la acción de la Providencia divina en su historia».
El libro puede adquirirse en http://www.misionmultimedia.com/interior02.phtml?se=004&ca=038&ar=5239
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Dec 17, 2006 00:00