WASHINGTON, miércoles, 29 agosto 2007 (ZENIT.org–El Observador).- Con motivo del Día del Trabajo, que se celebra el próximo 3 de septiembre en los Estados Unidos, la Conferencia Episcopal de ese país ha emitido un comunicado en el cual invita «a defender la vida, la dignidad y los derechos de los trabajadores, especialmente de los más vulnerables».
El comunicado, llamado «Día del Trabajo 2007. Tiempo para recordar, tiempo para reconsiderar», está firmado por el obispo de Brooklyn, monseñor Nicholas Di Marzio, presidente del Comité de Política Interna de la Conferencia Episcopal estadounidense y puede ser leído en su totalidad en http://www.nccbuscc.org/sdwp/Labor%20Day%202007.pdf.
En este comunicado, el obispo Di Marzio hace un llamado a una renovada reforma migratoria y a establecer nuevas coordenadas en el debate sobre la cuestión, afirmando que «el tema central de la inmigración son los trabajadores que vienen a nuestro país tratando de tener más seguridad en los ingresos para sus familias».
En meses recientes, apunta el comunicado «la discusión sobre los inmigrantes, vital para la nación, ha polarizado a nuestra gente, paralizado al Congreso y le ha fallado a todos».
Más adelante, el obispo de Brooklyn subraya que «tenemos que encontrar el camino para reiniciar la discusión, hacerle frente a los temas difíciles y encontrar soluciones prácticas y realistas».
Una discusión renovada sobre la inmigración, dice el comunicado, necesita incluir «realidad, civilidad, moralidad y consistencia». Demasiado frecuentemente se ve a la inmigración desde puntos de vista parciales, agrega monseñor Di Marzio, pero el que permanezca detenida «es inaceptable e insostenible: el sistema de inmigración está fracturado; necesitamos encontrar rápidamente una reforma integral».
Más adelante, el prelado estadounidense exige un diálogo civilizado para reencauzar el debate.
«El enojo no sustituye a la sensatez; el ataque no sustituye al diálogo; alimentar miedos no ayuda a encontrar soluciones. Respetar los diferentes puntos de vista es el signo de una sociedad civilizada», subraya en su misiva el presidente de la Comisión de Política Interna del episcopado estadounidense.
«Los temas migratorios no deberían ser utilizados para obtener ventajas partidistas popularidad o ser parte de tácticas para ganar adeptos», dice, en otra parte del comunicado, monseñor DiMarzio.
Finalmente, tras urgir a que los principios morales fundamentales guíen la discusión sobre las reformas migratorias, el obispo de Brooklyn recuerda, al gobierno y al pueblo de Estados Unidos, que «la dignidad humana y los derechos humanos, no son garantías que puedan ser acomodadas de acuerdo al lugar de donde vienes, a cuándo llegaste aquí o a los documentos que tú poseas».