ROMA, domingo, 9 diciembre 2007 (ZENIT.org).- El Adviento es un tiempo de esperanza para «confiar firmemente en Dios que nos ama» y para estar alerta ante los que quieren «ocultar la Navidad».

Son algunas de las afirmaciones de obispos que desde Alaska (Estados Unidos) hasta México, Venezuela o España, recuerdan el sentido del tiempo de Adviento. Zenit ha recogido algunas reflexiones dedicadas a este tiempo litúrgico que prepara la Navidad.

Los obispos de la archidiócesis mexicana de León recuerdan que este tiempo está dedicado a la esperanza verdadera: «Adviento es ante todo un tiempo que alienta nuestra esperanza, la liturgia de estos días nos repite con insistencia ¡El Señor viene, y viene a salvarnos!».

«Adviento es, pues, un tiempo marcado fuertemente por la esperanza; no se trata de esperar y confiar sólo en las frágiles promesas humanas, sino de confiar firmemente en Dios que nos ama y hace fructificar nuestros esfuerzos para bien de todos», escriben José G. Martín Rábago, arzobispo metropolitano de León y Juan Frausto Pallares, obispo auxiliar de la misma diócesis mexicana.

Desde Venezuela,  el cardenal Jorge L. Urosa Savino,  arzobispo de Caracas, pide asumir en estas Navidades «el reto de ser instrumentos de la paz de Dios» para ser capaces de «superar las divisiones, la discordia, el odio, y evitar a toda costa la violencia».

El purpurado anima a los fieles a vivir este tiempo «superando cualquier tipo de división política, social o económica».

En España, monseñor José Manuel Lorca Planes, obispo de Teruel y de Albarracín, advierte: «Abrid los ojos y comprobad cómo van desapareciendo los signos cristianos de la Navidad de las tradicionales tarjetas de felicitación, no se menciona la palabra Navidad, te felicitan las "fiestas" o el año nuevo; en la iluminación de las calles van despareciendo los signos navideños, con alternativas raras, bajo pretexto de modernidad», denuncia.

El obispo constata que algunos «quieren ocultar la Navidad» y pide a los cristianos que celebren la fiesta y se dispongan a «vivir estos días de Adviento con austeridad».

El obispo de la diócesis Faribanks, en Alaska, monseñor Donald J. Kettler,  anima a decorar la casa y encender las velas de Adviento pero sobretodo a «ofrecer la llama de vuestra fe y de vuestra familia y amigos a los que la necesiten».

El presidente de la Conferencia Episcopal Filipina, el arzobispo Ángel Lagdameo, evoca a través de una reflexión en su blog http://abplagdameo.blogspot.com que «confesar la venida de Jesús hoy significa darle la bienvenida no como a un recién nacido» sino en su «forma resucitada».

Para el arzobispo filipino, «cuanto más Jesús se encarna en nuestras vidas, más se convierte en la Palabra de Dios hecha carne, en el mensaje del Dios vivo entre nosotros».  

Por Miriam Díez i  Bosch