LOURDES/CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 10 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Como enviado de Benedicto XVI, el Cardenal Ivan Dias abrió el sábado en el Santuario de Lourdes, día de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el año jubilar por el 150º aniversario de estas apariciones, «auténticas irrupciones marianas en la historia del mundo».
Miles de fieles de distintos países acudieron a la basílica subterránea de San Pío X, donde celebró la Misa el prefecto de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos haciéndose eco de los llamamientos de la Virgen María a la conversión, según difunde «L’Osservatore Romano» –edición italiana del 10-11 diciembre 2007–.
Las apariciones marianas, como la de Lourdes, se enmarcan «en la lucha permanente» «entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, empezada al inicio de la historia humana, y que continuará hasta el final», explicó el purpurado.
Quiso alertar de que «esta lucha es aún más encarnizada que en tiempos de Bernadette», a quien se apareció Nuestra Señora en la localidad francesa.
Y es que «el mundo se encuentra terriblemente embaucado en la espiral de un relativismo que quiere crear una sociedad sin Dios; de un relativismo que erosiona los valores permanentes e inmutables del Evangelio; y de una indiferencia religiosa que permanece imperturbable ante el bien superior de las cosas relacionadas con Dios y con la Iglesia», lamentó, hablando de una auténtica «batalla» que «causa innumerables víctimas en nuestras familias y entre nuestros jóvenes».
De ahí la intervención materna: «Ha bajado del cielo una Madre preocupada por sus hijos que viven en el pecado, alejados de Cristo», predicó el cardenal Dias.
Así, estas apariciones son «auténticas irrupciones marianas en la historia del mundo –constató–, que marcan la entrada decisiva de la Virgen en las hostilidades entre Ella y el diablo, como se describe en Génesis y en Apocalipsis».
Y «la Virgen está tejiendo una red de sus hijos e hijas espirituales para lanzar una fuerte ofensiva contra las fuerzas del maligno y para preparar la victoria final de su divino hijo Jesucristo», recalcó el cardenal Dias, invitando a acoger la llamada mariana a unirse a esta lucha.
Las armas son «la conversión del corazón, una gran devoción hacia la Sagrada Eucaristía, el rezo diario del Santo Rosario, la oración constante y sin hipocresías, la aceptación de los sufrimientos por la salvación del mundo», enumeró; «la victoria final será de Dios».
Recogen las páginas romanas que, al finalizar la Eucaristía, el cardenal Dias encabezó la procesión que, al entrar en el santuario por la puerta Saint Michel, «inauguró físicamente la peregrinación del 150º aniversario de las apariciones» en Lourdes.
«L’Osservatore Romano» destaca el «puente de oración y de esperanza» que en la tarde del sábado 8 de diciembre unió tres lugares marianos del mundo.
Se trata de la romana plaza de España –donde el Papa rindió homenaje a la Inmaculada–, Lourdes –donde el cardenal Dias, como enviado papal, inauguraba el año jubilar- y Lyón -donde cientos de jóvenes iluminaban con sus antorchas las calles para celebrar la solemnidad mariana–.
«Por un momento, en torno a las 16.15 horas», «gracias a una conexión radiofónica internacional», todos «elevaron su oración a María junto al Papa», apunta el diario.
Por Marta Lago