LA HABANA, sábado, 15 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje de Navidad que han escrito los obispos de Cuba con el título «La esperanza no quedará defraudada» (Romanos 5,5).
1. «¡Qué hermosos sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria!» (Is 52,7). Con estas palabras de Isaías, profeta de la esperanza, queremos introducir nuestro tradicional mensaje de Navidad dirigido a ustedes: sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos, fieles y a todo nuestro pueblo. Isaías anunciaba un mensaje de paz y esperanza a su pueblo, lo animaba a que, para superar las dificultades que le angustiaban practicaran la justicia y se acercaran a Dios. También les recordaba que en ese empeño no estaban solos, Dios estaba con ellos, era fiel, no se olvidaba de su pueblo. Este consuelo y, a la vez, llamada a la acción lo expresaba el profeta de manera poética y bella. Dirigiéndose a ellos, decía: «Ya no te llamarán abandonada ni a tu tierra devastada, a ti te llamarán mi favorita porque el Señor te prefiere a ti» (Is. 62,4), y añadía lleno de esperanza: «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban en tierras de sombras y una luz les brilló» (Is. 9.2).
2. Ahora, al igual que Isaías en su tiempo, nosotros, Obispos de la Iglesia en Cuba, también deseamos, para ser fieles a Dios, transmitirles ese mismo mensaje de esperanza, de la Buena Noticia que brota del amor de Dios y que anuncia la victoria de la paz. ¡Jesús es el mensajero que anuncia y realiza la victoria de la Paz!. En la noche de la Navidad los ángeles cantaron «paz en la tierra a los hombres que ama el Señor» (Lc. 2,14). La Navidad nos habla de la cercanía de Dios para con nosotros, de su amor por el hombre y de su deseo de que alcance la felicidad.
Dios se hace hombre
3. La Navidad es también la fiesta de la esperanza, porque es la fiesta de la vida. Porque de eso se trata, como indica su nombre; de un nacimiento, de una vida que comienza. Pero más todavía porque es el nacimiento del Hijo de Dios, es Dios mismo que se hace hombre.
4. Si Dios se hace hombre, la vida humana adquiere un sentido de dignidad y de grandeza. Entonces, ¡cuán importante y valiosa es mi vida y la de cualquier persona humana para que el mismo Dios quiera «hacerse semejante al hombre»! (cf. Flp 2,7). Esta mirada de fe nos asegura que Jesucristo, el Hijo de Dios, nacido en Belén de la Virgen María hace más de 2000 años, ha entrado en nuestra historia personal y social, y nos da motivos para esperar y posibilidades para alcanzar lo esperado.
5. Como el mensaje de Navidad es de alegría y de esperanza, su celebración se ha convertido en una tradición popular en casi todos los países del mundo, entrando a formar parte del acervo cultural de numerosos pueblos. En Cuba también ha sido así. Para las personas mayores sobre todo, muchos de sus mejores recuerdos familiares se enmarcan en el tiempo de las fiestas navideñas: los adornos en las casas, el Nacimiento junto al arbolito de Navidad con sus luces; los villancicos, que son la música propia de esos días, algunos de ellos compuestos por nuestros mejores creadores musicales; las comidas tradicionales del día de Nochebuena: lechón asado, yuca con mojo, arroz congrí, ensalada de tomate, lechuga y rábanos, buñuelos con algún vino y algún turrón, … Navidad, ante todo, es la fiesta de la familia; los que estaban lejos vienen al hogar, es el momento de dejar atrás agravios y rencillas, de unir a los que están divididos; es un tiempo de reconciliación y encuentro, es la fiesta de toda la familia.
6. A esta fiesta sigue la de fin de año con las consabidas felicitaciones: ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!. La sola expresión habla de expectativas, de esperanza. Se quiere y desea que el año que comienza sea mejor que el anterior, que los males y problemas pasados sean superados. Se le pide a Dios salud y paz para poder luchar y superar las dificultades y trabas que impiden conseguir estos deseos y aspiraciones de toda la familia y de todo el pueblo cubano, incluyendo a los niños, quienes esperan ilusionados y llenos de fantasía el día de los Reyes Magos.
Décimo aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II
7. Este año estamos celebrando diez años de que en Cuba se volviera a conmemorar oficialmente el Día de Navidad, declarándolo feriado nacional. De esta manera nos sentimos unidos a los pueblos latinoamericanos, con los cuales compartimos las mismas raíces culturales cristianas, en una de las tradiciones y celebraciones más antiguas y genuinas de América Latina y El Caribe.
8. La ausencia por casi tres décadas de la celebración de la Navidad de manera oficial, unida a otros obstáculos de diversa índole, hicieron que más de una generación desconociera el sentido religioso, esperanzador y humano de esta fiesta. Hoy constatamos que la celebración de la Navidad recibe cada día más acogida entre las personas y las familias, lo cual revela un anhelo que perduró en el alma de nuestro pueblo. En este sentido también nos alegramos porque, a partir de este año, nuestros niños y jóvenes podrán disfrutar de vacaciones escolares por Navidad y Fin de Año. Esto contribuye al bien de nuestra nación
9. No podemos olvidar que el Papa Juan Pablo II, haciéndose eco de este deseo de nuestro pueblo y de la Iglesia, solicitó al gobierno de Cuba que la Navidad volviese a ser celebrada como un día feriado. Justamente, el próximo año, celebraremos el décimo aniversario de su visita. Él vino como «mensajero de la verdad y la esperanza». Su presencia entre nosotros fue una bendición para todos. Fue recibido por nuestro pueblo con calor y aprecio desbordante y las autoridades del país le brindaron una afectuosa acogida. Recorrió casi toda nuestra geografía. Con el Evangelio en la mano nos habló de la verdad sobre el hombre, sobre Jesucristo, sobre la Iglesia y nos dejó un mensaje de esperanza con el que nos animó a buscar entre todos un futuro mejor. El supo iluminar con voz de pastor muchas posibilidades concretas de crecimiento humano que pueden ser dinamizadas por la esperanza cristiana.
10. La esperanza que brota de nuestra fe en Jesucristo no es un escape de la realidad hacia un mundo fantasioso, no es un consuelo para las frustraciones de nuestra vida; es una liberación de nuestros miedos y un ensanchamiento de nuestros horizontes, es una fuerza movilizadora hacia metas más altas que desde ahora pueden animar nuestras acciones más concretas. ¡«No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo»!, esa fue la exclamación con la que nos saludó el Papa Juan Pablo II desde que puso sus pies en tierra cubana, la misma que fue como un lema de su pontificado.
11. Basta recordar de las enseñanzas del Papa algunas de sus palabras que son particularmente iluminadoras para este momento de nuestra historia: «Cuba, cuida a tus familias para que conserves sano tu corazón» … «No busquen fuera lo que pueden encontrar dentro, no esperen de los otros lo que ustedes son capaces y están llamados a ser y a hacer. No dejen para mañana el construir una sociedad nueva, donde los sueños más nobles no se frustren y donde ustedes puedan ser los protagonistas de su historia» … «Quiero repetir mi llamado a dejarse iluminar por Jesucristo, a aceptar sin reservas el esplendor de su verdad, para que todos puedan emprender el camino de la unidad por medio del amor y la solidaridad, evitando la exclusión, el aislamiento y el enfrentamiento, que son contrarios a la voluntad del Dios-A
mor» … «Esta es la hora de emprender nuevos caminos que exigen los tiempos de renovación que vivimos».
Esperanza y expectativas
12. Precisamente, en esta Navidad y fin de año, cuando en Cuba surgen tantas expectativas acerca de cambios necesarios que puedan mejorar y transformar la vida nacional, estas palabras cobran mayor significado, porque a través de muchos años se han acumulado dificultades que resultan agobiantes y duran demasiado. La Iglesia Católica, como parte de nuestro pueblo, participa de esta espera y ofrece su oración y su contribución para que se encuentren soluciones reales y eficaces que favorezcan caminos de esperanza.
13. En esta tarea todos estamos implicados, sin exclusiones ni marginaciones. Es necesario dar espacios a la iniciativa y creatividad personal, pues todos corremos la misma suerte. Todos somos capaces de aportar soluciones, como todos supimos solidarizarnos, de modo ejemplar, con las víctimas de las inundaciones que, recientemente, afectaron a las provincias orientales: los más cercanos abriendo las puertas de sus hogares, y los más lejanos entregando sus ayudas. Al respecto queremos reconocer la labor desempeñada por Cáritas Cubana al coordinar y distribuir el generoso aporte ofrecido por las comunidades católicas.
Itinerario pastoral
14. Queridos hermanos y hermanas, este Mensaje Navideño se inscribe en un camino de esperanza que quiere recorrer la Iglesia en Cuba en el año próximo a comenzar. Nos anima a esta esperanza el recuerdo vivo de la visita de Juan Pablo II y las palabras de la Encíclica que el Papa Benedicto XVI «Sobre la esperanza cristiana» acaba de dirigir a la Iglesia Universal. Nos dice el Santo Padre: «El presente aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino … Sólo cuando el camino es cierto como realidad positiva, se hace llevadero también el presente … llegar a conocer a Dios, al Dios verdadero, eso es lo que significa recibir esperanza».
15. Para fortalecer nuestra esperanza, en este 10º aniversario de la inolvidable visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, el Santo Padre Benedicto XVI ha querido hacerse presente entre nosotros en la persona del Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Su Santidad, quien ha anunciado su visita para el próximo mes de febrero. Este será el primero de los eventos eclesiales que marcará el año pastoral de la Iglesia en Cuba.
16. En el año 2008 comenzarán también las celebraciones por los 400 años del hallazgo en la Bahía de Nipe de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, que consistirá en un trienio preparatorio cuya culminación tendrá lugar en el 2012 con un Año Jubilar. Con alegría y esperanza les comunicamos este acontecimiento y les convocamos a participar en el inicio de estas celebraciones.
17. Otro acontecimiento de honda significación para la Iglesia en Cuba será la Beatificación en Camagüey -a finales del próximo año- del Padre Olallo, Hermano de San Juan de Dios, nacido en Cuba, quien entregó 54 años de su vida en esa ciudad al servicio de los enfermos, pobres y necesitados.
18. Les animamos a celebrar con gozo y alegría en el seno de sus familias, en las iglesias y casas de oración, estas fiestas navideñas «dando razón de nuestra esperanza» (1 Pe. 3,15) «porque la esperanza no quedará defraudada pues el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo» (Rom. 5,5). Que la Virgen María, Madre del Salvador, que fue dócil al Espíritu Santo nos ayude a preparar nuestros corazones para recibir a Jesús en esta Navidad.
Con el deseo de una Feliz Navidad y un próspero y venturoso Año Nuevo.
Los bendicen con todo afecto,
LOS OBISPOS DE CUBA
12 de Diciembre de 2007
Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe
Patrona de América